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EXCURSIONES - VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS

El santuario olvidado de Mercurio

Hace ya más de 2000 años que las estribaciones de la Sierra Norte de Sevilla acogieron entre sus encinas y alcornoques a la floreciente ciudad romana de Munigua. El que luego se convirtió en el siglo I en Municipio Flavio Muniguense fue una rica explotación minera con un gran casco urbano construido a los pies del impresionante santuario que corona la ciudad.El templo romano, conocido popularmente en la comarca como Castillo de Mulva, acogió diversas advocaciones, de entre las que destaca la de Mercurio, dios al que los lugareños hacían sacrificios de animales con frecuencia.

Todo aquel pasado esplendor queda hoy escondido entre las lomas serranas, a ocho kilómetros de Villanueva del Río y Minas, y aislado por unos accesos infames. Sólo los científicos del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid parecen recordar su ubicación y acuden dos veces al año al yacimiento para continuar recuperando su historia, de la que el curioso puede hacerse una idea en el Museo Arqueológico de Sevilla.

El atractivo de la visita a Munigua, por lo recóndito de su ubicación y las dificultades que la misma ruta ofrece para que nadie se acerque, no están sólo al final del camino, sino que el camino en sí mismo merece el viaje.

Los ocho kilómetros que separan el pueblo de las ruinas se recorren a pie en algo más de dos horas y media, y en bicicleta de montaña no se tardan más de dos horas. Existen dos vías de acceso a Munigua: "la de abajo y la de arriba". La visita habitual consiste, con almuerzo campestre en los alrededores de las ruinas incluido, en alcanzar el santuario por abajo y volver al pueblo por arriba y puede durar más de seis horas.

La ruta discurre a la salida del pueblo por entre pinos, olivos y eucaliptos tras cruzar el Guadalquivir, que da nombre a la villa, y la ribera del Huéznar.

Conforme el senderista se adentra en la ondulada orografía de la Sierra Norte, alcornoques y encinas rodean su paseo. El camino discurre entre el vallado que protege las fincas privadas, desde donde cerdos y vacas, que muchas veces se cruzan en la senda, asisten atentos al viaje del excursionista.

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En esta época del año, tras las últimas lluvias, el arroyo Tamohoso, que suele correr casi seco, se convierte en el último y fiel guardián de Munigua e impide el acceso a pie a las ruinas romanas. Estos días, sólo en bicicleta o en vehículos todoterreno es posible alcanzar el santuario. Con un turismo es una locura adentrarse en el camino en cualquier estación.

Los innumerables surcos y riachuelos que la lluvia ha dejado esta Navidad en las tierras que rodean Munigua reflejan la falta de costumbre que tienen de recibir agua, lo que deja a las dehesas expuestas a la erosión.

De vuelta al pueblo por el camino de arriba, que entra en Villanueva por el barrio de San Fernando, se pasa junto al apeadero de Renfe de Arenillas, en el que aún hoy se detiene algún tren de vez en cuando. En toda la comarca se dice a los paisanos más activos y nerviosos: "paras menos que el tren en Arenillas".

En la entrada a Villanueva, ya de regreso de las ruinas romanas, una cadena hotelera construye un cámping en una finca arbolada. Los excursionistas pueden utilizar la zona para pasar la noche en sus propias tiendas, previa autorización del Ayuntamiento.

La excursión, una vez concluida, habrá ofrecido al visitante la posibilidad de combinar historia y arqueología con naturaleza y ejercicio físico. Las dosis de aventura las pone la sensación de descubrir unas ruinas romanas olvidadas por el hombre, perdidas en mitad de la frondosa dehesa que rodea a la Sierra Norte de Sevilla.

El legado minero

- Dónde. Villanueva del Río y Minas se reparte entre el fondo de la vega del Guadalquivir y las estribaciones de la Sierra Norte. La mejor carretera es la que, desde Sevilla, pasa por Brenes y Tocina. El camino por Cantillana está peor. - Cuándo. En otoño y en primavera. Hay que estar atento a posibles insolaciones y quemaduras de sol pues el camino ofrece grandes trechos sin sombra. En Invierno, si llueve, no es recomendable la visita.

- Alrededores. El pasado minero de Villanueva del Río y Minas ha dejado en el pueblo un legado de principios del siglo XX muy rico. Desde el Ayuntamiento, que fue la escuela de niños, hasta la iglesia de San Fernando, inspirada en el convento sevillano de Santa Paula, incluidas las casas de estilo colonial de los ingeniero extranjeros que llegaron para dirigir la mina, dan fe del paso de las empresas mineras por el pueblo. La explotación fue cerrada en 1975.

- Y qué más. La ruta es escenario durante el año de competiciones de ciclismo, triatlón y natación. La romería de Santa Barbara, en mayo, y la festividad de la patrona de los mineros, en diciembre, son los días grandes de Villanueva.El plato típico de la localidad es el potaje minero. Y de postre, barquitos (bizcochos cubiertos de crema). Las excursiones las organiza la asociación Montagua y se pueden concertar en los teléfonos 954 74 77 89 y 954 74 75 65.

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