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La asfixia económica del Gobierno catalán dificulta la semicobertura de la Gran Via

La semicobertura de la Gran Via barcelonesa, entre las calles de Bilbao y de Extremadura, ya tiene proyecto. Sólo falta el dinero para realizar las obras. La mitad que aportará el Ayuntamiento de Barcelona está preparada, la parte que tiene que poner el Gobierno catalán no se sabe dónde está. El director general de Carreteras, Jordi Follia, reconoció ayer que ni figura en el presupuesto del año 2001. Lo cierto es que el Ejecutivo, que no dispone de ese dinero, baraja diversas hipótesis sobre cómo conseguirlo; todas ellas contemplan el pago aplazado.

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El acuerdo alcanzado entre el Gobierno catalán, el Ayuntamiento de Barcelona y los vecinos para reducir los ruidos que la Gran Via de les Corts Catalanes provoca a su paso por el barrio de Sant Martí se halla prácticamente cerrado en lo relativo a los contenidos, pendiente de la firma de un convenio que contemple la financiación. El presupuesto global de la obra se situará entre los 7.000 y los 8.000 millones de pesetas, según fuentes municipales. Una cifra a repartir entre las dos instituciones. "Lo normal sería que esta inversión fuera una minucia para el Gobierno catalán y una enormidad para el Ayuntamiento, pero es al revés", explicó el segundo teniente de alcalde, Antonio Santiburcio.Previamente, tanto él como Follia habían afirmado que el convenio que incluya costes económicos quedaba aplazado hasta el año que viene.

El Gobierno catalán baraja dos opciones para financiar su parte en la obra. Una sería el modelo alemán de pago aplazado, al finalizar la obra. La otra posibilidad es que la inversión sea asumida por la Autoridad del Transporte, teniendo en cuenta que la obra servirá para construir la vía por la que circulará el tranvía.

Los vecinos reclamaban la cobertura total de la vía, que en estos momentos funciona como tramo de la autopista A-19. Finalmente, se construirán pantallas acústicas para reducir el impacto sonoro. También se estrecharán las calzadas (un metro y medio en cada sentido de la marcha) y se reducirá el límite de velocidad a 80 kilómetros por hora.

En los actuales laterales se ampliará la acera, convirtiéndola en paseo, gracias en parte a que se construirán una especie de cobertizos sobre la parte exterior de la calzada deprimida. En la zona mar, bajo este cobertizo, circulará el tranvía (en las dos direcciones, con anden central). En la zona de montaña se construirá un aparcamiento con capacidad para 750 plazas que se ofrecerá, previo pago, a los residentes en la zona. El dinero que se gane servirá, parcialmente, para financiar las obras.

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El tranvía partirá de la plaza de las Glòries y se dirigirá hacia la Rambla de Prim para descender hacia la zona donde debe desarrollarse el Fòrum 2004. Desde ahí retornará por la Diagonal hasta la plaza de las Glòries, con un segundo ramal que circulará por el frente litoral en dirección hacia la Ciutadella.

Los vecinos acudieron ayer a la presentación del proyecto; Manuel Martínez coincidió con el concejal del distrito, Francesc Narvàez, en que el proyecto es fruto de la negociación y el consenso, pero discrepó de él al afirmar que, si las administraciones no hubieran cedido, "ahora tendríamos una guerra". También anunció al director general de carreteras que no estaban dispuestos a esperar a que el Gobierno catalán haga otro presupuesto. "Queremos que las obras empiecen ya. Todos sabemos que hay partidas de donde sacar el dinero", afirmó.

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