Música afrutada

El festival 'Emociona!!! Madrid' recibe a sus 300 espectadores con comidas del Mediterráneo

Dos mesas con frutas típicas del Mediterráneo se convirtieron ayer en el recibimiento del concierto que ofrecieron el mallorquín Joan Valent y el griego Alkinoos Ioanides en el Museo de la Ciudad, dentro del festival Emociona!!! Madrid. Los responsables de la primera tenencia de alcaldía quisieron ofrecer esa pequeña degustación de uvas, mandarinas y granadas a los 300 espectadores. La propuesta, que se repetirá en las actuaciones de hoy y mañana, pretende acercar los cinco sentidos a la música como vía para conocer otras culturas.Para darle el toque olfativo se colocaron seis pequeños recipientes dorados en los que se quemó incienso. Al principio, los espectadores se quedaron perplejos ante el mantel rojo y las fuentes doradas que contenían la fruta. Un hombre rompió el fuego al preguntarle a los cuidadores del museo si podía coger una uva y, a partir de ahí, se animaron otros asistentes. Los más osados se atrevieron con las granadas, que estaban partidas en dos. Las mandarinas se colocaron en gajos para que pudieran ser degustadas por más público.

"La verdad, es la primera vez que voy a un acto cultural, como un concierto o una obra de teatro, y me dan algo de comer, en este caso fruta", señaló Mercedes Moreno Cariñena, una vecina de Chamartín. Su acompañante, María del Carmen Chamorro, puntualizaba: "Es una sorpresa muy agradable, porque encima todo está muy bueno. Me parece una idea muy original que, además, es muy nutritiva".

La experiencia se repetirá hoy con el concierto del canario Arístides Moreno y de la peruana afincada en Madrid Sara Van. Eso sí, habrá variantes. En lugar de productos mediterráneos, se optará por fruta tropical. Los programadores del festival tienen previsto comprar mangos, papayas y melones, aparte de plátanos. El triángulo de Música de la Diversidad se cierra mañana con la presencia de África. Su representantes serán el angoleño Waldemar Bastos y la argelina Houria Haïchi. En este caso, se ha optado por toda la gama de frutos secos: dátiles, cocos y uvas pasas.

La primera teniente de alcalde, Mercedes de la Merced, explicó que la idea buscaba "terminar de forma original el año y el milenio". No se trata sólo de conseguir que el público conozca otras raíces musicales, sino de lograr también un intercambio racial y cultural. "Madrid tiene que comenzar el siglo XXI con un espíritu de integración, de forma que se acepte a todo el mundo sea cual sea su origen", señaló.