Reflote de las distribuidoras
La solución al problema de California es compleja, y en ningún caso inmediata. "Tenemos que hacernos a la idea de que habrá restricciones y necesitaremos ayuda de otros Estados hasta el verano de 2002", dice Kellan Fluckiger, director operativo de la agencia central de la electricidad. Las nuevas centrales en proyecto tardarán un año en funcionar. Lo más urgente es salvar de la quiebra a las compañías distribuidoras. Una posibilidad sería la de obligar a los productores a destinar parte de sus beneficios extraordinarios (han ganado, entre agosto y noviembre, 1.570 millones de dólares (281.000 millones de pesetas) más que en el mismo trimestre de 1999) a dotar de reservas a sus participadas de distribución. Para eso habría que modificar desde la base las reglas de juego trazadas en la desregulación, y poner en cuestión todo el proceso.
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