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Crítica:POESÍA Y PIANO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A la luz de una vela

Austeridad

Un piano, a la izquierda; una mesa con un vaso, unas cuartillas y una silla, a la derecha; una vela encendida en medio del escenario. No hay subterfugios posibles: se oye tan sólo una infinita escucha, como decía el poeta José Ángel Valente."El poema se hace música en el sentido más exquisito, leve y decantado", ha dicho el actor José Luis Gómez refiriéndose al poeta gallego fallecido el pasado julio en Ginebra. La apuesta de combinar palabra y piano es complicada.

Homenaje a José Ángel Valente

José Luis Gómez (actor), Rosa Torres Pardo (piano). Poemas de José Ángel Valente; músicas de Federico Mompou, Claude Debussy, Erik Satie, Alberto Ginastera y Enrique Granados. Festival Milenio.Círculo de Bellas Artes. Madrid, 27 de diciembre de 2000.

Magia susurrante

"No estamos ante un poeta melómano" -ha afirmado el compositor Mauricio Sotelo, después de una larga colaboración con José Ángel Valente para la elaboración de una ópera inspirada en el teatro de la memoria de Giordano Bruno- "ni ante una poesía que se adorna de lo musical".

"Hablamos de un poeta", añade Sotelo, " que ha ido poco a poco arrastrando la Palabra hacia las entrañas infernales del Silencio, para más tarde hacerla resurgir como un dulce gemido de letras incendiadas que emiten sonidos impregnados de un luminoso dolor de alumbramiento".

Lo comprende muy bien José Luis Gómez. Su dicción es precisa, sus silencios elocuentes, sus palabras transparentes. Es un placer escucharle. Envuelve su fraseo parsimonioso y claro: "Oscuro es como la noche el canto", afirma, y uno piensa en ese canto que José Ángel Valente quería para hacer estallar en 100 palabras ciegas la palabra intocable (La memora y los signos).

Hay concentración, pureza conceptual y lingüística. La emoción es contenida y la inteligencia es talla por la sobriedad, por la austeridad. Es la apoteosis de la palabra de un actor colosal.Entre poema y poema, una pieza de piano. Variadas: de Federico Mompou, de Erik Satie, de Claude Debussy. No son largas, con lo que el diálogo entre palabra y piano es posible y hasta estimulante. Únicamente en El amor y la muerte, de Enrique Granados, el protagonismo se desplaza hacia el piano. Es el final musical, no obstante, y las convecciones musicales casi siempre invitan a una culminación en punta.

Rosa Torres Pardo se integra en la magia susurrante y oculta del espectáculo, salpicando aquí y allá destellos de una luz nunca cegadora. Es amable en Satie, sutil en Mompou, vibrante en Granados. Sabe que no está en un recital de piano al uso, sino en algo que va mucho más allá. "Sólo queda la fábula. Y yo me acordaré de ti y de otro canto", escribe José Ángel Valente en Fragmentos de un mundo futuro.Música de la poesía, poesía de la música, música callada, palabra desnuda. A la luz de una vez, José Ángel Valente con un piano, una mesa, unas cuartillas, una pianista y un actor. El arte verdadero no necesita nada más para manifestarse en su imperecedera esencia.

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