Conos
Éramos pocos y parió la abuela. No sé yo qué opinarán los otros conductores madrileños del asunto, pero mi análisis de la "operación conos naranjas" tiene una conclusión clarísima. Cuando antes el carril-bus estaba permanentemente invadido por el transporte privado, ahora que Tráfico ha impuesto su estupendísima barrera cívico-moral, está vacío, pero vacío de verdad. Desde la restricción naranja, los autobuses cargan y descargan pasajeros en el carril izquierdo, directamente, y los taxis no quieren ni oler el vedado carril. Y claro, como ese carril ya nadie lo usa, la medida le ha venido de perlas a una multitud de furgonetas y demás agentes de la economía local que lo usan para aparcar. ¿O es al revés? El atasco resultante está siendo mayúsculo, ya que además de haber tenido la cívica iniciativa, la han tenido en Navidad, ni más ni menos. A lo mejor somos tan simples que convertimos toda barrera en universal. O a lo mejor es que no hay atascos infernales en Madrid, sino un montón de conductores exagerados.- Virginia Hachuel. Madrid.