CiU negocia una ley para crear una autoridad ferroviaria catalana

Los trenes se mueven y no sólo por las vías. También en los despachos y en el Parlament. En la Cámara catalana, CiU negocia con el PSC y ERC una ley que permita crear la "autoridad ferroviaria catalana" que organice los servicios de trenes regionales y de cercanías, que previamente serían traspasados a la Generalitat. Paralelamente, el Gobierno catalán busca financiación para crear una red de trenes regionales, a poder ser vinculada a Ferrocarrils de la Generalitat, con vistas a la liberalización ferroviaria prevista para 2006.

Todo empezó con una propuesta de ERC. Los republicanos presentaron en la Cámara su proposición de que Cataluña tuviera su autoridad ferroviaria, pero la retiraron a petición de CiU y el PSC. Petición que iba acompañada de una oferta: la retirada de la petición de una autoridad catalana del AVE, de difícil encaje legal, sería compensada con un pacto para crear algo, quizá más modesto, pero más viable: la autoriad ferroviaria catalana. De hecho, CiU y el PSC trabajan desde hace tiempo con la vista puesta en la posibilidad de que los trenes regionales y los de cercanías dependan del Gobierno catalán, posibilidad prevista en el Estatut.El Ejecutivo catalán no ha ocultado nunca su interés por lograr las competencias sobre los trenes que tengan origen y destino en Cataluña. Pero este interés se ha acrecentado ante las perspectivas que abre 2006, fecha en la que el transporte ferroviario quedará liberalizado. Es decir, habrá un propietario de las vías que cobrará a quien quiera pasar por ellas. En esa fecha, las cuatro capitales catalanas estarán unidas por vías de ancho europeo, lo que hace posible que opten a circular por ellas tanto Renfe como otras compañías europeas. Y una de ellas puede ser Ferrocarrils de la Generalitat.

Compartir líneas

Representantes del Gobierno de Jordi Pujol sondearon la posibilidad de compartir estas líneas con Renfe. Pero la empresa estatal no ha dado una respuesta entusiasta. Sus directivos piensan que la compañía se halla en una situación de privilegio porque en esa fecha tendrá trenes y experiencia. No ve motivos para compartir nada. Ante la tibieza advertida en Renfe, el Ejecutivo catalán ha fijado sus ojos en otros lugares. Una posibilidad sería formar tándem con empresas ferroviarias extranjeras. Otra, abrir las puertas de FGC a capital privado. Una empresa consultora ha sido la encargada de realizar un estudio al respecto. Además de estudios de mercado, la empresa consultora ha iniciado conversaciones con posibles inversores, entre ellos los más importantes grupos financieros (privados y parapúblicos) del país, según reconocieron tanto representantes de FGC como del Departamento de Política Territorial.Pero hay otra solución para minar la posición de Renfe: que la organización de los servicios esté en manos del propietario de FGC, es decir, del Gobierno catalán. De ahí que CiU se entusiasmara con la posibilidad de crear una autoriad catalana, que contaría en el Parlament con un amplísimo respaldo ya que, además del PSC y ERC, seguramente tendría también el apoyo de IC-V. El PP tendría que jugar fuerte para frustrar la operación.

El objetivo final es un sistema ferroviario catalán que, a través de las líneas de alta velocidad (hasta 350 kilómetros por hora) circule con velocidad alta (200 kilómetros por hora), lo cual significa conectar Tarragona y Girona con Barcelona en una escasa media hora. Lleida quedaría a menos de una hora. Paralelamente, los servicios de cercanías serían reorganizados para convertirlos en un metro de la región metropolitana de Barcelona.