Los partidos dan por hecho que la Cámara vasca se disolverá en enero

Los partidos dan por hecho que el Parlamento vasco no volverá a reunirse en febrero, una vez cierre esta semana el actual periodo de sesiones. Aunque el lehendakari mantiene el suspense sobre el adelanto electoral, aumentan los signos de que Juan José Ibarretxe llamará a las urnas entre finales de marzo y la primera quincena de abril. Miembros del PNV consideran que aguantar más podría ser contrario a sus intereses.

En la sesión plenaria del jueves y viernes pasados se mascaba la sensación de que el final de la legislatura estaba próximo. No era como otras Navidades, en las que los diputados se llevaban tarea a casa y una agenda llena de debates para la vuelta de las vacaciones. De hecho, fue la decisión de convocar un pleno extraordinario para el próximo miércoles, día 27, lo que dio una pista cierta sobre las intenciones del lehendakari y su partido. La sesión se habilitó para poder aprobar la Carta de Derechos Sociales, que establece una renta universal equivalente al 75% del importe del salario mínimo para las personas sin recursos y sobre la que están de acuerdo el PP, PSE y PNV. De no ser así, la Carta Social, la única producción legislativa de calado que podrá exhibir Ibarretxe, decaería, frustrando a los colectivos sociales que la impulsaron.Pero no es sólo eso. Las palabras del portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, calificando de "angustiosa" la situación del Gobierno vasco, que tras la marcha de EH pierde tres de cada cuatro votaciones a manos de la nueva mayoría que forman el PP-PSE-UA, añaden más credibilidad a una hipótesis que sólo desvelará el propio Ibarretxe, pero que empieza a ser un secreto a voces. El mismo Anasagasti apuntó en declaraciones a la radio pública vasca que cuando acabe la nueva ronda de contactos que el lehendakari mantiene con los partidos, tomará un decisión al respecto.

Además, ese final coincidirá, más o menos, con el último acto del plan que Ibarretxe puso en marcha en el debate de política general de septiembre. Fue entonces, al abandonar EH el Parlamento de Vitoria, cuando el Gobierno de PNV-EA quedó en clara minoría y el lehendakari, tras sortear dos mociones de censura, sin margen de maniobra política. De la batería de iniciativas desarrolladas para recuperar el liderazgo, sólo la manifestación contra ETA le permitió romper su aislamiento, al atraer al PSE. Sin embargo, la finalidad principal de esa convocatoria, como la del reciente acto de Gernika en favor de las libertades, ha sido la de desactivar el acoso de la oposición y rearmar ideológicamente a las bases del PNV para una convocatoria electoral. La última iniciativa de la serie, prevista para finales de enero, será un acto, con manifiesto incluido, en favor del diálogo. Ibarretxe sabe que prolongar más la agonía de su Ejecutivo, con unos presupuestos prorrogados, le lleva a enfrentarse a propuestas de la oposición con efectos directos, como la posible elección del director de la radio-televisión vasca por mayoría simple, o la limitación por leyde sus ingresos. Aunque en el PNV hay quienes piensan que se podría aguantar hasta el otoño próximo, se deja la decisión en manos de Ibarretxe y la mayoría se inclina por no arriesgar alargando una situación definida como "angustiosa" por Anasagasti. Además, las declaraciones radicales de Arzalluz para captar al electorado de HB están funcionando, al menos en los sondeos.