Djindjic: "No habrá revanchismo ni amnistía tras los comicios serbios"
Serbia entró ayer en el silencio electoral, periodo de reflexión establecido por ley para las 48 horas anteriores al día de las elecciones legislativas, que se celebran mañana. El candidato a primer ministro de la Oposición Democrática de Serbia (DOS), el filósofo de 48 años Zoran Djindjic, advirtió en el mitin final de esa agrupación de partidos de seguidores del presidente Vojislav Kostunica, que, cuando lleguen al poder, "no habrá revanchismo ni tampoco amnistía".
La campaña electoral para el Parlamento de Serbia concluyó tranquilamente. El invierno obligó a celebrar los actos en locales cerrados y los partidos eligieron la televisión como vehículo para enviar sus mensajes al electorado. Por añadidura, todo indica que la jornada electoral de mañana será un paseo para la DOS, a la que los sondeos atribuyen hasta un 71% de la intención de voto.El mitin final de la DOS se celebró en el centro Sava, en Nuevo Belgrado, en el mismo escenario donde el derrocado presidente Slobodan Milosevic acostumbraba a arengar a sus huestes y donde el 25 de noviembre celebró su congreso el Partido Socialista de Serbia. El acto final de la DOS, celebrado el miércoles por la noche, horas antes del inicio de la jornada de reflexión, parecía más una reunión de antiguos alumnos de un colegio de pago que un mitin político. Los espectadores llegaban con entradas, como quien asiste a un concierto, y pasaban por controles para detectar metales.
El público, puesto en pie, escuchó un viejo himno serbio que habla de justicia y de Dios, a quien piden que salve y defienda al pueblo serbio. Un coro de 40 voces entonaba el himno en el escenario. Siguió la proyección de los hitos históricos de la DOS: la firma del acuerdo entre los 18 grupos integrantes de la coalición y el triunfo en las elecciones federales del 24 de septiembre. Casi de puntillas pasó el documental sobre la jornada del 5 de octubre, cuando los manifestantes derrocaron al régimen de Milosevic en las calles de Belgrado. No se mostró nada de la violencia de aquel día, como si se quisiera ver cerrado ese capítulo.
Los presentadores del acto dijeron a los asistentes que todavía falta una victoria, para que respondan ante la ley los que la infringieron. Y añadieron que necesitan el gobierno de Serbia, "para devolver la dignidad al pueblo y llevar a Serbia hacia los países desarrollados". A continuación, se llamó a los dirigentes políticos más destacados de la DOS, que subían al escenario entre aplausos.
El único orador del acto, apenas 10 minutos de discurso, fue Zoran Djindjic, designado por la DOS para el cargo de primer ministro de Serbia, puesto que asumirá con seguridad dada la abismal diferencia respecto a los otros partidos. Djindjic prometió un Gobierno "fuerte y decidido" y destacó el honor que le toca a esta generación: definir lo que será Serbia en el siglo XXI. Aseguró Djindjic: "No queremos más guerra", y expresó la necesidad de que el pueblo serbio adopte una nueva actitud ante los cambios, a los que no hay que tener miedo.
Tenemos que ser "muy críticos hacia nosotros mismos", dijo el futuro primer ministro, y aseguró: "Vamos a cambiar las autoridades, para después exigir los cambios al pueblo". Se trata de lograr "el país moderno que debemos a nuestros antepasados y a nuestros descendientes", según Djindjic. Para él, "las instituciones están enfermas, pero el pueblo está sano", y advirtió de que "no habrá revanchismo ni tampoco amnistía".
Al resumir el programa de la DOS, en cuatro puntos, expuso Djindjic: restablecer el Estado de derecho, reconstrucción de la economía, lucha contra la pobreza y protección social de la población más afectada y descentralización del poder. Concluyó Djindjic con un "estoy seguro de que lo vamos a lograr".
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