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España pierde poder en la UE en un nuevo texto de Niza que Francia da por cerrado

Carlos Yárnoz

La batalla por el reparto del poder (redistribución de porcentajes de bloqueo) en la Unión Europea (UE) continúa abierta tras la segunda reunión de embajadores de los Quince celebrada ayer en Bruselas. Francia, que preside la Unión este semestre, presentó ayer un texto alternativo al incluido inicialmente en el Tratado de Niza y dio por "concluido" su trabajo. El nuevo texto reduce las posibilidades de España de bloquear decisiones en el Consejo de Ministros, por lo que el embajador español ante la UE, Javier Conde, ha abierto consultas con el Gobierno de José María Aznar.

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Caso muy sensible

El texto provisional del Tratado indicaba que, a partir del 1 de enero de 2005, se necesitarán al menos 170 votos para aprobar un acuerdo en la UE, en el caso de que aún no se haya adherido ningún otro país a la Unión. Como la suma total de votos de los Quince será entonces de 237, la minoría de bloqueo quedaba establecida en 68 votos. Por tanto, dos países grandes (con 29 votos cada uno), más uno mediano como Portugal o Grecia (12 votos) podrían bloquear decisiones con 70 votos en total. En este caso, España (27 votos) tendría las mismas posibilidades que los grandes, puesto que sus votos, más los de un grande y Portugal, por ejemplo, sumarían exactamente 68 votos, justo la cifra exigida.La nueva fórmula incluida por Francia, sin embargo, fija en 169 los votos necesarios para adoptar una decisión y, por tanto, la minoría de bloqueo quedará en 69, uno más del texto provisional. Así, la combinación de dos grandes más Grecia o Portugal seguirá siendo válida para bloquear acuerdos, pero no la combinación con España, que se quedaría a un voto de la minoría de bloqueo.

Objeciones al Tratado

España se escuda en que esa pérdida de poder sólo se producirá realmente si en esa fecha, 1 de enero de 2005, no se ha adherido ningún país de los 12 que están a la cola. "Es un cambio teórico y hasta irrelevante", insistía anoche una fuente oficial española. Lo cierto, sin embargo, es que se trata de una variación que resulta perjudicial prácticamente sólo para los intereses defendidos por el Gobierno de España en la cumbre de Niza.

Es más, la combinación citada como ejemplo (la suma de votos de España, Italia y Portugal) es especialmente sensible. Se trata de países receptores de fondos europeos que podrían bloquear decisiones frente a países grandes, como Alemania y Francia, netamente aportadores de dinero a las arcas comunitarias.Si el texto francés sigue adelante, y todo parece indicar que así será, la consecuencia inmediata consistirá en que, en contra de la doctrina oficial española tantas veces reiterada, España pierde otra oportunidad para ser tratada, a los efectos de su peso específico, como uno más de los países grandes de la Unión Europea.

Por eso, el embajador español Javier Conde anunció, tras la reunión de ayer, que abrirá consultas con el Gobierno de Madrid. Y no sólo por ese cambio en el texto, sino también por otros.

Así, por ejemplo, se ha suprimido del texto inicial la referencia temporal (2007-2013) en el artículo 161 del Tratado en el que se afirma que, a partir del 1 de enero de 2007, se aprobará por mayoría cualificada el Fondo de Cohesión "en el caso de que en dicha fecha se hayan adoptado las perspectivas financieras 2007-2013". A este artículo presentaron reservas España, Grecia y Portugal. "Hasta que haya luz verde de Moncloa, aquí no hay nada aprobado", insistió la fuente oficial española. "Ahora sí que estamos en el momento de la verdad".

No es sólo el caso de España. Irlanda, Finlandia y Austria, entre otros, expresaron ayer importantes objeciones al texto del Tratado y también anunciaron que sus embajadores ante la UE han abierto consultas con sus respectivos Gobiernos antes de aceptar o no el texto del Tratado.Para Francia, sin embargo, el problema está cerrado con su propuesta de ayer. "Ése será el texto que aparecerá en el Tratado", afirmó el portavoz francés, Denis Simonneau. "El trabajo de la presidencia francesa ha concluido". Simonneau añadió que ningún país había expresado razones concretas para oponerse al nuevo texto, aunque sí admitió que se habían abierto consultas en varios casos, como el español. "Cada Gobierno debe decidir si acepta o no el texto, pero el texto es ése", concluyó.

Otro punto conflictivo del Tratado, relativo a cuál será la minoría de bloqueo durante el proceso de ampliación y cuando ésta concluya, quedó ayer modificado a gusto de Bélgica, aunque en principio no supone graves perjuicios para países que, como España, también temían un ataque contra sus intereses en ese terreno.

Las reuniones de ayer y anteayer de los embajadores han puesto de relieve las enormes complicaciones que hay a la hora de aclarar qué es lo que realmente se aprobó en la cumbre de Niza, dado que el texto inicial incluía errores y contradicciones, sobre todo por votos otorgados a última hora a Lituania y Rumania.

"Ha habido intentos para renegociar todo otra vez", reconoció uno de los asistentes, "y ha habido que hacer encaje de bolillos", admitió.

Para el portavoz francés, sin embargo, sólo ha habido que llevar a cabo "aclaraciones y perfeccionamientos" ante las "distintas interpretaciones" que había encima de la mesa tras el final de la cumbre oficial en Niza. Pero a pesar de esos encajes, anoche, seguía habiendo divergencias entre los Quince. La mayoría de los protagonistas apostaban por cerrar este penoso capítulo en las próximas horas, pero, a pesar de ello, todas las opciones seguían anoche abiertas.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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