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El FMI organiza un rescate de 7,3 billones de pesetas para evitar la quiebra de Argentina

La comunidad financiera internacional acudió ayer en ayuda de Argentina para prevenir el estallido de una grave crisis. El presidente Fernando de la Rúa anunció en Buenos Aires un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con bancos nacionales y extranjeros, organismos multilaterales y España para que el país reciba créditos por un monto total de 39.700 millones de dólares (7,3 billones de pesetas) con los que evitar una suspensión de pagos por los vencimientos de la deuda el año que viene. "[El plan] tiene una importancia inusitada", declaró De la Rúa.

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Bajada de impuestos

Se trata del segundo rescate que organiza el FMI para un gran país latinoamericano en menos de dos años (el anterior fue Brasil, que recibió 7,7 billones de pesetas en 1998), y su anuncio se produce apenas dos semanas después de un plan similar para Turquía, a la que se le concedieron 1,8 billones. Argentina es la tercera mayor economía de América Latina y su Gobierno, el más endeudado de la región. El FMI trata así de evitar crisis de confianza que, como se ha demostrado repetidamente en el pasado, amenazan con desestabilizar el sistema financiero internacional. De hecho, los analistas destacaban ayer que es la primera vez que el FMI concede una ayuda tan elevada antes de que estalle la crisis. España participa en este blindaje financiero con 1.000 millones de dólares (186.000 millones de pesetas, al cambio de ayer).El presidente De la Rúa, acompañado por el ministro de Economía, José Luis Machinea, anunció que ahora el país está en condiciones de iniciar un sostenido periodo de crecimiento económico. "El Gobierno", dijo Machinea, "espera ahora que los mercados estén dispuestos a financiar al país a tasas de interés razonables".

Argentina está en recesión desde hace 30 meses y las crecientes dudas de los inversores en su capacidad para hacer frente a sus obligaciones financieras internacionales hacían temer una huida en masa el año que viene, cuando vencían unos 14.000 millones de dólares (2,6 billones de pesetas) en deuda externa. De no haber conseguido hacer frente a esta cantidad, Argentina se hubiese visto obligada a suspender pagos, lo que hubiese arrastrado a la crisis a Brasil, socio en Mercosur, y podría haber desencadenado un cataclismo en los mercados de toda América Latina. De otro lado del Atlántico, España también se hubiese visto afectada de algún modo por los elevados intereses de las empresas españolas en Argentina. Además de su deuda externa, Argentina necesita hacer frente el año que viene a los 7.000 millones de dólares (1,3 billones de pesetas) previstos de déficit fiscal.

Además del FMI, que aportará 13.700 millones de dólares, y de España, que contribuye con otros 1.000, Argentina ha logrado el respaldo del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, con 2.500 millones de dólares cada uno. La banca privada nacional y extranjera contribuirá con 10.000 millones de dólares, y los fondos de pensiones locales, unos 3.000 millones. Otros 7.000 millones de dólares corresponden a canjes de bonos de la deuda pública, según Machinea.

El efecto del anuncio de ayer se espera inmediato. De la Rúa y su equipo tendrán acceso a 2.100 millones de dólares antes de que acabe el año. Otros 25.400 millones se podrán retirar, caso de ser necesario, el año que viene. Además de la inyección de confianza, cuya evaporación amenazaba con llevar el país a la quiebra el año que viene, Argentina pagará por el dinero que se le acaba de conceder unas tasas de interés más bajas de las que estaban dispuestos a aceptar los inversores internacionales por llevar sus dólares hasta Buenos Aires.

Machinea explicó que, de media, Argentina pagará un 7,2% al Banco Mundial y al BEI; y entre el 5,8% y el 8,8% al FMI, bastante por debajo de la horquilla del 12% al 15% a la que está financiando ahora su deuda a corto plazo el Gobierno de De la Rúa.La billonaria inyección también servirá para calmar el intenso malestar económico y político. Machinea sugirió que podría aflojar la presión fiscal, aumentada drásticamente el año pasado, junto con un recorte del gasto social, para hacer frente a la falta de liquidez. "Si los impuestos se mueven en alguna dirección", dijo, "será a la baja, porque ahora tenemos financiación". Los inversores en bolsa optaron por la cautela y el índice Merval de Buenos Aires subió un 0,36%, una tendencia repetida en la zona: en México se produjo un alza del 0,29% y en Brasil del 0,63%

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