Rebajas
Ya han llegado las rebajas, y no se trata precisamente de las del sector del comercio, que esas ya nos asaltarán nada más pasen las fiestas. Son las rebajas del medio ambiente. Los caciques de siempre han tardado bien poco en poner el grito en el cielo al conocer los detalles del ambicioso proyecto de Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de la Serra d'Irta anunciado hace unas semanas por el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego. Demasiado bonito para ser verdad. Ya veremos en qué queda al final, porque las presiones no han hecho más que empezar. Es natural, algunos ven cómo se les escapa un apetitoso bocado. Alguien, con importantes intereses en la zona, está moviendo los hilos, convocando reuniones y proponiendo la presentación de alegaciones por parte de los ayuntamientos implicados para "mejorar" el plan -que consideran un "lastre" para el turismo- de forma que sea "más favorable a los particulares, vecinos con fincas y empresas privadas". ¿Interés general? ¿Qué es eso? La presión política iniciada puede propiciar incluso que el Ayuntamiento de Peñíscola, que defiende el plan de Modrego al entender que a largo plazo esa franja de su litoral le puede proporcionar más beneficios si se mantiene virgen que si se llena de chalés y apartamentos, acabe apoyando las rebajas. Y es que, con el argumento de que el medio ambiente es compatible con el urbanismo y el progreso -no hay más que darse una vuelta por la costa valenciana para comprobar el tamaño de la falacia-, diversos próceres de la política castellonense han puesto manos a la obra para destrozar el último tramo de costa virgen que queda en todo el litoral valenciano. Porque no se lleven a engaño, es eso lo que se pretende en Irta. El plan de la Consejería de Medio Ambiente no les ha gustado a esos próceres y Modrego va a tener que soportar fuertes presiones. Todo indica que el consejero tendrá que dar marcha atrás, porque hasta el presidente Zaplana ha entrado en liza para pedir que la preservación del entorno se "compatibilice" con las decisiones municipales. Será interesante ver el desenlace. El plan de la Serra d'Irta dará una buena medida de la credibilidad de la política del Consell en materia de medio ambiente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Opinión
- Consejerías autonómicas
- Política urbanística
- V Legislatura Comunidad Valenciana
- Comunidades autónomas
- Provincia Castellón
- Generalitat Valenciana
- Parlamentos autonómicos
- Parques y jardines
- Gobierno autonómico
- Desarrollo urbano
- Administración autonómica
- Comunidad Valenciana
- Política autonómica
- Parlamento
- Areas urbanas
- España
- Urbanismo
- Política
- Administración pública
- Sociedad
- Medio ambiente