_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Chorradas navideñas

Maltratamos el idioma, de eso no cabe duda. El de aquí y el de España toda. Del de aquí, sobra decirlo, ya se encarga TVV todos los días. Pero es que del otro nos encargamos todos nosotros, con dedicación y desparpajo dignos de mejor causa. El president, sin ir más lejos, ha dicho recientemente que lo de su presunta participación en lo del contrato de Julio Iglesias es una "chorrada importante". Por supuesto sería muy fácil de demostrar que se trata de una contradictio in termini, una imposibilidad hermenéutica, un sinsentido semántico, una chorrada lingüística, vamos. ¿Por qué? pues porque, por definición, chorrada, es "una porción de líquido que se suele echar después de dar la medida", según la Real Academia, o bien "una necedad, una tontería". Tanto en un caso, como en otro, una chorrada es algo sin importancia, marginal, sin enjundia, que no requiere siquiera respuesta; mientras que importante, por el contrario, es algo "que importa, que tiene importancia". Entonces ¿cómo puede ser una chorrada, importante? Vaya usted a saber, pero el caso es que Zaplana no titubeó al decirlo. Sonó rotundo y definitivo.Otra cosa que merecería un cierto análisis es la importancia que pueda alcanzar una chorrada, bien en razón de quien la dice, una persona importante, o bien en razón de aquello que se pretende ocultar con tamaña calificación, tachándolo de chorrada. Y luego está el tamaño. ¿Es lo mismo una chorrada de 70.000 millones, por ejemplo, que una de 1.000, de 20 o de 30? En principio, todo parece indicar que no; sin embargo el diccionario dice que así es, porque chorrada es al fin y al cabo. Confuso, cuando menos.

Sin embargo yo creo que lo que lo que, en realidad, quiso decir el president, tal vez fuera que una chorrada atribuida a él se convierte de inmediato en importante. O quizá que un asunto importante, por el mero hecho de predicarse de su persona, se transforma en una vulgar chorrada. Es cuestión de análisis estructuralista fino, el cual, por cierto, extrae suficiente sustento de algunas teorías lingüísticas acreditadas, vengan éstas del lado de Wittgenstein (el significado de una palabra depende de su uso en el lenguaje) o del lado de Mc Lujan (el medio es el mensaje), entre otras muchas. Por tanto, no echemos prematuramente las campanas de la crítica fácil al vuelo de nuestra imaginación política. No es tan importante, semánticamente hablando, el renuncio (o la chorrada) como parece, aunque algunos se empeñen en ello.

Ahora bien, siendo esto cierto, lo que no se puede ocultar, en modo alguno, es el riesgo que corremos si se extiende el chorradismo (perdonen la expresión, pero no se me ocurre otra) por doquier, y, de este modo, casi sin darnos cuenta, sutilmente, todo nos vaya pareciendo una chorrada, ahuyentando así las pocas ganas que nos quedan de criticar los desmanes del poder; ya se sabe: si no puedes convencerlos, confúndelos. Esta es mi tesis, precisamente; estoy casi seguro de que existe una estrategia perfectamente definida en esta dirección; un plan en toda regla, concebido por expertos asesores para blindar electoralmente la acción política del Gobierno. Recuerden que Aznar ya inició la campaña diciendo que lo del submarino atómico Tireless era, poco más o menos, una chorrada; ni siquiera importante, como corroboró de inmediato su amigo Blair con rotundos movimientos de cabeza. Una chorrada, ¿qué otra cosa podría ser? ha sido también el reciente indulto a Gómez de Liaño, tachado por Acebes como tal. Por no hablar del mal de las vacas locas, con Villalobos instando a los pobres a consumir carne de primera, o el ministro de agricultura asegurando que el plan hidrológico es una chorrada y que se acabará aprobando por c..., o, en fin, R. Rato restando dramatismo a una inflación que se sitúa ya el doble sobre las previsiones que él mismo hizo. ¿Simples chorradas, como creen muchos, o inteligente estrategia de comunicación, a través del lenguaje, como creo yo? En tal contexto ¿será pura coincidencia el regreso de algunos de nuestros más reputados asesores de imagen del Perú de Fujimori?

Pues, a pesar de ello, fíjense lo que son las cosas, a mí todo esto no me parece demasiado importante; con serlo, sin duda. Donde yo veo el problema, el auténtico problema, es en el hecho que la campaña, diseñada y orquestada desde España, está haciendo mella más allá de nuestras fronteras, en el mismo centro del poder mundial. Observen, si no, a Bush; sus asesores comenzaron proclamando la especie de que, en unas elecciones, resulta poco menos que una chorrada contar los votos, y ha acabado siendo presidente de todos nosotros. Que Dios nos asista.

Andrés García Reche es profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_