El conflicto entre el SAS y un cirujano impide que se hagan más operaciones en el Carlos Haya
El enfrentamiento entre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y el cirujano malagueño que en mayo pasado denunció la muerte de cuatro pacientes mientras esperaban una operación de corazón provoca la infrautilización del hospital regional Carlos Haya y repercute en los enfermos. Cada parte, sin embargo, culpa de la situación al contrario. Un informe interno del centro sanitario achaca a la rebeldía del jefe del servicio de cirujía cardiovascular, Norberto González de Vega, que no se realicen más intervenciones a fin de achicar la lista de espera.
Arbitrariedades
La delegación de Salud ha comunicado los hechos a la Dirección General de Personal para que se amplíe el expediente disciplinario que se le abrió el mismo día que hizo su denuncia sobre el fallecimiento de los pacientes en lista de espera. El cirujano replica que casi no tiene lista de espera y que si no realiza más intervenciones es porque, a raíz de la denuncia que hizo hace siete meses, se están desviando enfermos al Hospital Clínico, donde se opera "por las tardes y cobrando una retribución adicional".Hace un mes, la gerencia del hospital pidió un equipo de inspección a la Delegación porque en el servicio de cirugía cardiovascular se estaba "obstaculizando el adecuado abordaje de los pacientes aún en lista de espera". El panorama que se pintaba era el siguiente: funcionamiento del servicio al margen de las directrices dadas por el hospital e incumplimiento del acuerdo entre el SAS y la Sociedad Andaluza de Cirugía Cardiovascular para ampliar la jornada, mediante una compensación complementaria, a fin de acortar las listas de espera.
Aún más, se ponía de manifiesto "la persistencia de decisiones arbitrarias que afectan al cumplimiento de lo programable, no realizándose en ningún caso el número de intervenciones posibles, a pesar de la disponibilidad a ser pagadas de forma complementaria". Incluso se apuntaba que algunas operaciones habían sido desprogramadas con argumentos infundados. El médico reconoce que se infrautiliza el hospital, pero lo atribuye a razones bien distintas: "Para acabar con un cirujano hay que quitarle enfermos y eso es lo que están intentando los políticos, desviando pacientes al Clínico. Quieren castigarme a mí y están castigando al hospital y a los enfermos". De Vega asegura que apenas tiene una docena de personas en lista de espera, que el verdadero problema está en que los diagnósticos tardan alrededor de un año y que si no opera por la tarde es porque no tiene más pacientes. "Quieren darme una patada en el culo de los enfermos. Llevan seis meses buscando debajo de las alfombras y las están encontrando limpias", afirma.
La gerencia del hospital ha eludido hacer comentarios sobre la situación del servicio. El enfrentamiento entre la administración sanitaria y el cirujano ha dado lugar a un cruce de denuncias y expedientes que después de siete meses siguen sin resolución.
Un juzgado de Málaga tramita una querella que De Vega interpuso contra el delegado provincial de Salud, José Luis Marcos, por llamarle descerebrado. La Dirección General de Personal del SAS mantiene abierto un expediente contra el cirujano por su "ausencia absoluta de criterio" a la hora de priorizar la lista de espera y la Fiscalía tiene sobre su mesa desde hace seis meses las denuncias de familiares de dos de los fallecidos sin que hasta ahora haya decidido si las archiva o las admite a trámite.
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