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LA OFENSIVA TERRORISTA

Más de 100.000 personas se manifiestan en Terrassa contra el asesinato de Francisco Cano

Terrassa se echó ayer a la calle contra ETA. Más de 100.000 personas, según el Ayuntamiento, se manifestaron ayer en protesta por el asesinato de Francisco Cano, concejal del PP, víctima anteayer de una bomba de ETA. Los partidos recobraron la unidad frente al terrorismo al menos durante la marcha y en la primera fila portaron la pancarta, con el lema Catalunya per la llibertat, ETA no, el presidente del Gobierno, José María Aznar; el de la Generalitat, Jordi Pujol; el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicelehendakari y dirigente del Partido Nacionalista Vasco, Idoia Zenarruzabeitia, entre otros. Ésta, sin embargo, se situó en la primera fila sin que inicialmente estuviera previsto.

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El acuerdo antiterrorista auspiciado por el PSOE y el PP ha dividido a los partidos parlamentarios, que incluso tuvieron problemas para decidir el lema de la manifestación. Pero ayer volvieron a marchar juntos en Terrassa (Barcelona), la ciudad de 160.000 habitantes donde el jueves fue asesinado el concejal del PP de Viladecavalls Francisco Cano. Más de 100.000 personas expresaron en silencio su rechazo a ETA y mostraron su solidaridad con la familia de su última víctima en una manifestación que terminó con la lectura de un manifiesto, que leyó el periodista Jordi González, y con el Cant dels Ocells, canción popular de Pau Casals, sonando por megafonía.En la cabecera de la manifestación se encontraba el presidente del Gobierno, José María Aznar, flanqueado por el secretario general del PP, Javier Arenas, y por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, con quien intercambió varias veces comentarios a lo largo de la marcha, que duró unos 20 minutos. En la cabecera también se encontraban, entre otros, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe de la oposición socialista en Cataluña, Pasqual Maragall, el presidente del Parlament, Joan Rigol, el ministro de Exteriores, Josep Piqué, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, además de los principales dirigentes los partidos catalanes.

En un extremo de la cabecera se situó también la vicelehendakari del Gobierno vasco, Idoia Zenarruzabeitia, del PNV. Su presencia en la cabecera no estaba prevista por la organización, pero no obstante se mantuvo en un extremo de la primera fila, junto al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. "Ha habido algún problema y alguien se ha puesto en primera fila sin que le correspondiera", explicó el alcalde de Terrassa, Manuel Royes, en referencia a Zenarruzabeitia.

Los manifestantes recorrieron unos 600 metros de la Rambla Egara, en el centro de la localidad, casi todo el tiempo en silencio. Al final, el periodista Jordi González leyó, sin salirse ni un milímetro del guión, un manifiesto en el que se tributó un homenaje a la víctima y se emplazó a los ciudadanos a no tener miedo y a defender la libertad "con la fuerza de la razón".

El documento leído evocaba, sin citarlo, a Raimon, uno de los más emblemáticos cantatutores del antifranquismo: "Digamos no a la brutalidad y a su menosprecio por la vida; digamos no por la vida; digamos no al odio que mueve sus acciones; digamos no al fanatismo y a la locura criminal; digamos no a lo que hacen y a lo que pretenden".

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La gran mayoría de manifestantes portaban las pancartas repartidas por el Ayuntamiento de Terrassa con el lema Paz sí, ETA no. Los organizadores también repartieron miles de manos blancas para expresar la solidaridad con todas las víctimas del terrorismo.

Hubo, asimismo, pancartas en favor del diálogo, del mismo tenor que en la manifestación que el mes pasado se celebró en Barcelona tras la muerte del ex ministro socialista Ernest Lluch. Algunas de ellas rezaban Paz en el 2001, diálogo ya y Basta de muertes, el diálogo es el único camino. En el otro extremo, también había pancartas, aunque muy minoritarias, contra el PNV y contra su principal líder, Xabier Arzalluz.

Llamadas a las hijas

Los manifestantes hicieron prácticamente todo su recorrido en silencio, sólo interrumpido por gritos esporádicos de "paz sí, ETA no". Al final de la marcha, un reducido grupo de personas gritaba "asesinos, asesinos".Las dos hijas del concejal del PP de Viladecavalls recibieron la noche del jueves llamadas telefónicas burlándose de la muerte de su padre, según Europa Press.

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