Tras las huellas íberas
Descubren difuntos incinerados de los primitivos pobladores de la península en la necrópolis de La Vila Joiosa
La arqueología ha permitido conocer en gran medida las civilizaciones antiguas, así como la evolución de sus culturas. Al saber histórico actual han contribuido de manera extraordinaria las necrópolis. De ahí, la relevancia del grupo de sepulturas halladas durante el pasado mes de junio en la localidad de La Vila Joiosa (Marina Baixa). Se trata de la necrópolis de Les Casetes, uno de los escasos cementerios que existen en toda la península de los primeros pobladores íberos.Las tumbas encontradas, datadas en torno a los siglos VII y VI antes de Cristo, ilustran la evolución de los rituales funerarios en la época ibérica y parte de la romana. Uno de los indicios más relevantes de la excavación arqueológica es el hallazgo de los primeros difuntos incinerados. Junto a ellos, se ha encontrado un excepcional tesoro compuesto por una treintena de piezas de oro y plata, traídas por los fenicios, e incluso algunas de ellas de Egipto, explica el director de la excavación, José Ramón García. Además, se han recuperado armas como puntas de lanza, jabalinas de dos metros de longitud, navajas, cuchillos y broches de cinturón decorados con lámina de plata. Los estudios preliminares de estos vestigios revelan que los habitantes de esta zona recibieron los primeros impactos coloniales. También se ha documentado una zona industrial formada por dos hornos posiblemente con funciones metalúrgicas.
La necrópolis de Les Casetes fue descubierta fortuitamente en 1959, como consecuencia de unas obras de alcantarillado. Allí, aparecieron tumbas romanas, pertenecientes a los siglos I y III después de Cristo. Este yacimiento fue incluido en la normativa municipal sobre remoción de terrenos en zonas arqueológicas, regulada en 1992. Este condicionante obligó a los urbanizadores a realizar unos sondeos previos a la construcción en la zona. Fue entonces, cuando los arqueólogos se toparon con restos de tumbas, 800 años más antiguas que las necrópolis ibéricas hasta la fecha conocidas, según reveló la lectura estratigráfica. Esto convierte a la necrópolis de La Vila Joiosa en una de las más antiguas de esta época descubierta en la península, destaca el arqueólogo municipal Antonio Espinosa. Los vestigios encontrados revelan que aquellos habitantes primitivos, posiblemente de la edad del bronce, recibieron los primeros impactos coloniales de los fenicios y de los griegos, establecidos en la península en los siglos ocho y seis antes de Cristo. Los pobladores íberos comienzan a absorber la religión, las costumbres y la cultura fenicia y griega, es decir la idiosincrasia de la cultura oriental.
Por ello, la necrópolis de La Vila Joiosa y los objetos allí encontrados constituyen uno de los hallazgos más representativos de esta época, insuficientemente estudiada, a juicio de los expertos. El director de la excavación destaca el "excelente estado de conservación de las tumbas, de los materiales, y la gran extensión" del cementerio. El arqueólogo municipal subraya, por su parte, el carácter excepcional del tesoro que acompaña a los difuntos y que, en su opinión, "sólo es comparable a otros tesoros de primera magnitud como el de La Aliseda en Cáceres, o El Carambolo en Sevilla. Para los arqueólogos, la necrópolis es un documento "de primera mano" que aporta una importante información de esta civilización, y ayuda a conocer la evolución del pueblo íbero, desde su orígenes.
Los expertos valoran que las piezas de Les Casetes hayan aparecido en un contexto arqueológico, es decir en el mismo lugar donde se depositaron originalmente, formando parte de los ajuares de las tumbas.
El ajuar que acompañaba a los difuntos incluye objetos personales y está integrado por joyas, amuletos y armas. Entre ellos, se han documentado varios collares de oro fenicio, máscaras demoníacas, anillos y pendientes de oro y plata. Estas piezas contienen una importante representación simbólica de carácter protector con las divinidades egipcias de Horus, Ra, y las serpientes sagradas. Asimismo, se ha localizado una botella egipcia de cerámica fayenza que recoge un texto jeroglífico, además de huevos de avestruz decorados y platos clasificados dentro de la tipología fenicio-púnica.
La pasión por el estudio de las épocas prehistóricas, que comenzó con las excavaciones de Herculano y Pompella, en el siglo dieciocho, destapó la importancia de la Arqueología.Con el tiempo, esta ciencia se ha convertido en una herramienta fundamental para conocer el pasado de la humanidad y planificar su futuro.
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