_
_
_
_

Betagarri y Anari publican discos festivos y reflexivos con Esan Ozenki

Solemnidad

De las numerosas vertientes que una banda puede escoger a la hora de hacer música, Betagarri se ha decantado por la más festiva. Optó por ella hace siete años y en su cuarto disco, Freaky festa (Esan Ozenki Records), no se separa de esa concepción lúdica.Los 12 temas incluidos en la nueva entrega, cuyo diseño artístico aprovecha imágenes de iconos de fiestas populares, como el Gargantua o aquellos gigantes que bailan y desfilan imponentes en los pasacalles, funden pop, rock y mucho ska. El trabajo tampoco ignora detalles raggamuffin, ni guiños incluso al charlestón, y el híbrido puede llegar a recordar a bandas tan dispares como Ska-P y los desaparecidos Zarama.

Betagarri lo forman ocho músicos, de los cuales tres integran una sección de viento de tres piezas (trombón, trompeta y saxofón), y sus letras hablan tan pronto de la solidaridad entre naciones y clases sociales como de la diversión que buscan los jóvenes los fines de semana y de las sensaciones que invaden a los enamorados.

Esa temática aborda actualmente un grupo vitoriano cuya anterior entrega, 80/00, supuso un homenaje a las bandas que metieron a sus miembros el gusanillo de la música en el cuerpo. El deseo de rendirles tributo les llevó a grabar 20 adaptaciones de canciones de grupos como Doctor Deseo, Hertzainak, Eskorbuto, Korroskada, Kortatu, Potato o Tijuana In Blue, entre otras formaciones.

Ésos son algunos ídolos musicales locales de una formación que comenzó tocando la txalaparta y el laúd en 1992 y que publicó su primer disco cinco años después, cuando aún no tenía reparos en combinar el euskera con el castellano, el inglés o el portugués.

En otro ámbito de la escena musical se encuentra Anari, quien en su segundo elepé, Habiak, mantiene el tono solemne y sobrio de su estreno. El disco en cuestión lo edita también Esan-Ozenki Records e invita a sus mentores a establecer paralelismos entre la cantautora de Azkoitia y artistas extranjeros como Nick Cave, PJ Harvey, Walkabouts y Kristin Hersh.Ritmos pausados y búsqueda de intensidad presiden un repertorio formado por un total de 11 canciones en euskera que desprenden un regusto poético potenciado por la artista guipuzcoana con especias de sabor cotidiano y melancolía. Ello da al álbum, grabado junto al guitarrista Xabi Strubell (Dut), el bajista Drake (Bap!) y el batería Mikel Abrego (Negu Gorriak), un tono reflexivo que ella alienta con sus manifestaciones.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Las letras son poesía, literatura. Para mí son juegos de palabras, me gusta esa cercanía, da mucha tensión. Pero, como en la literatura, hay un punto de mentira. A partir de ahí, que la gente me imagine como una persona oscura y atormentada", ha señalado la cantante.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_