Un 'aura' medioambiental

El parque del Zadorra

El concepto de aura define en una de sus acepciones una fuerza que algunos perciben alrededor de personas o cosas. Y si en el sentido figurado Vitoria está desde hace años revestida del prestigio que le otorga su contrastada vocación ecológica, en el terreno físico también rodea a la ciudad un espacio formado por parques y reservas vegetales periurbanas denominado anillo verde. Ese aura ha sido premiado este año por la ONU como una de las cien actuaciones mundiales de mayor relevancia medioambiental.Este cinturón natural está compuesto por ocho millones de metros cuadrados que engloban a cuatro parques -Salburua, Olárizu, Zabalgana y el bosque de Armentia-, así como al corredor del río Zadorra, que perfila el norte del término municipal.

Hasta el momento se consideran ejecutadas un 70% de las actuaciones que lo cerrarían en el plazo de seis o siete años. Hasta ahora se han invertido 4.000 millones de pesetas en la adecuación de las diferentes zonas que lo componen.

Los orígenes de la iniciativa proceden de finales de los años ochenta, cuando se decide otorgar una atención especial a diferentes espacios periféricos de Vitoria, que se habían degradado por la actividad urbana y agrícola o que contaban con un valor ecológico que aconsejaba su conservación.

Vertederos, canteras, escombreras, huertas ilegales y riveras deterioradas proliferaban entonces. Las primeras medidas se dirigieron a acondicionar de una manera básica las zonas.

Hasta mediados de los años noventa no se dio cohesión a la idea "con el objetivo de crear un sistema de transición entre la ciudad consolidada y el medio natural", explica el teniente de alcalde de Vitoria y concejal de Medio Ambiente, José Antonio Pizarro.

El proyecto se gestó por tanto en corporaciones anteriores y ha llegado hasta el actual equipo de Gobierno conservador con un importante consenso entre todas las fuerzas políticas, después de integrarlo en la Agenda 21, lo que representa un compromiso con el desarrollo sostenible.

Tras varios años de trabajo cada una de las cinco zonas que componen el anillo verde presenta una realidad con personalidad propia, aunque se ha buscado una interconexión entre ellas.

El bosque de Armentia, al suroeste, se ha recuperado como un área de transición hacia los montes de Vitoria, que forman parte de lo que el concejal Pizarro define como el segundo anillo verde, junto a los embalses del Zadorra o las estribaciones del Gorbea. Se trata de una zona de paseo con una gran variedad vegetal y animal y una superficie superior a las 150 hectáreas.

Zabalgana está formado por cerca de 90 hectáreas en donde una pequeña isla arbolada se encuentra rodeada por campas y charcas. Situado al oeste, se ha habilitado para la práctica de actividades deportivas y ofrece unas interesantes vistas de la capital alavesa.

El denominado parque lineal del río Zadorra, al norte, es el área en donde las actuaciones están menos avanzadas. Un proyecto de 5.000 millones de pesetas pretende acondicionarlo en los próximos años para definir las zonas de laminación y la mejora de los márgenes. La Confederación Hidrográfica del Ebro se ha comprometido a financiar el 85%, un 10%, el Gobierno vasco, por lo que al Ayuntamiento sólo le costaría 250 millones de pesetas.El parque de Salburua cuenta con 200 hectáreas situadas al este del casco urbano y allí cobran especial relevancia los humedales. Se han construido dos observatorios de aves acuáticas y se han creado itinerarios peatonales para visitarlo y contemplar la importante variedad de especies animales que alberga.

Finalmente, se encuentra Olárizu al sureste. Sus 60 hectáreas acogen la sede del Centro de Estudios Ambientales y en sus terrenos se ha creado una zona de experimentación ambiental con huertas ecológicas y diversas instalaciones bioclimáticas.