La presidencia de la UE relega a Prodi con excusas técnicas

Elogios inesperados

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, está siendo relegado en las negociaciones que estos días se desarrollan en Niza para lograr las reformas institucionales en la Unión Europea. Prodi, por ejemplo, no estuvo presente el pasado viernes, en contra de las reclamaciones de algunos de sus directos colaboradores, durante los llamados confesionarios, el mecanismo excepcional según el cual cada jefe de Estado o de Gobierno fue recibido por separado por el presidente de Francia, Jacques Chirac, para conocer con detalle la posición de cada país.Según fuentes oficiales de Francia, el país que este semestre preside la UE, el presidente del Ejecutivo comunitario no tenía que estar presente en esos contactos porque en los mismos iban a tratarse cuestiones que afectaban a las relaciones intergubernamentales, y no a problemas comunitarios.

Las primeras preguntas sobre la ausencia de Prodi en esas reuniones coincidieron con una comparecencia pública de Chirac y del primer ministro francés, Lionel Jospin. Ambos, pero especialmente Chirac, se deshicieron en inesperados elogios hacia el presidente de la Comisión, lo que hizo sospechar que algo extraño estaba ocurriendo. "Quiero rendir un homenaje a la Comisión", dijo el presidente francés al dar cuenta de las conclusiones de la primera parte de la cumbre de Niza.Para destacar algunas de las intervenciones de Prodi durante esta cumbre, Chirac eligió además la entrevista que ambos habían mantenido con unos representantes sindicales para hablar de las consecuencias del mal de las vacas locas, una reunión que ha pasado totalmente inadvertida en Niza.

Las palabras siguientes de Jospin apuntaron ya una clave de lo que podía estar ocurriendo, especialmente cuando dejó claro que Prodi no estaría presente en los contactos bilaterales entre los líderes europeos. Un colaborador de Prodi dijo después que, al margen de tales reuniones, el presidente de la Comisión también promovería sus propias entrevistas bilaterales.

El papel de Romano Prodi en ese terreno se une al incidente que ya se registró durante la pasada cumbre de Biarritz, cuando Chirac se opuso a la petición del presidente de la Comisión de que su firma figurara, junto a la de los líderes europeos, en un comunicado sobre la crisis de Oriente Próximo. "Pero, Romano, por favor, ¡estamos hablando de política exterior!", le espetó en aquella ocasión el presidente francés.