Alemania defiende una fórmula que aumente su capacidad de bloqueo sin tener más votos
Chirac y Schröder buscan cómo dar ventaja a Berlín sin alterar la paridad
ENVIADO ESPECIALJacques Chirac y Gerhard Schröder buscan la cuadratura del círculo. La propuesta presentada ayer por París mantiene la paridad de votos entre franceses y alemanes pero, si París admite aumentar la llamada red de seguridad (que se requiera el apoyo del 59% de la población y no del 58% para aprobar una decisión), el milagro se habrá producido: Alemania tendrá más facilidad para bloquear decisiones que Francia, Reino Unido e Italia, pero los mismos votos. El pagano del acuerdo sería José María Aznar, que anoche acariciaba ya la victoria en materia de votos.
España casi cantaba victoria ayer en su objetivo de mantener la misma capacidad de bloqueo que los grandes. Pero se cernían dos amenazas: el conflicto planteado por la discriminación de Polonia (dos votos menos que España) y las exigencias alemanas en materia de red de seguridad de población.Anoche se esperaba que Francia presentara una segunda propuesta de reparto votos. La primera satisfacía las aspiraciones españolas y, pese a las protestas de los países pequeños, atendía también dos de las exigencias prioritarias de este grupo. La minoría de bloqueo (el número mínimo de países necesarios para impedir que una decisión se apruebe) ha subido desde los tres actuales hasta cuatro. Y exige también que toda votación tenga no sólo una mayoría en votos ponderados sino que éstos representen a su vez a la mayoría de los Estados miembros. Se consagra así el principio de la doble mayoría pero basándose no en la población, sino en los votos atribuidos a cada Estado por un lado y el total de Estados por otro. Pese a esas dos concesiones de gran calado, los países pequeños reaccionaron con hostilidad a la propuesta de la presidencia por entender que los votos de los grandes aumentaban más de la cuenta. En síntesis, los países pequeños doblan sus actuales votos y los grandes, para compensarles por la pérdida de uno de sus dos comisarios, ven sus votos triplicados.
Los cinco grandes pasan de 10 a 30. España recibe un tratamiento especial, tal como se acordó en Amsterdam, y no sólo triplica sus actuales ocho votos sino que obtiene otros cuatro adicionales para quedarse en 28. Y la minoría de bloqueo se establece en 91 votos. De esta forma los grandes no pueden obtenerla con sus votos y los de otros dos grandes (se quedarían en 90) y necesitan al menos los de Luxemburgo (tres votos). España queda en la misma situación: le bastan sus votos, los de otros dos grandes y los de Luxemburgo.
La diferencia entre España y Polonia (28 y 26 votos, respectivamente) pese a tener casi la misma población causó sorpresa, al menos en la sala de prensa. Aunque el Reino Unido pareció lavarse las manos, Alemania salió en defensa de los polacos por boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Joshka Fischer, que defendió la paridad entre ambos países. El problema para España es que esa paridad se haga hacia abajo dados los problemas que parece tener Alemania para que los votos polacos se acerquen en número a los propios.
Y es que Francia no parece decidida tampoco a romper su paridad de votos con Alemania, lo que ahora mismo parece ir más en contra que a favor de España. La solución que se manejaba anoche para el problema franco alemán también amenazaba los intereses españoles. La propuesta francesa exige que las decisiones deben tener el respaldo del 58% de la población para ser aprobadas. En el caso de aumentar esa red de seguridad de población, como quiere Alemania, los planes españoles se irían por los suelos.
Si la red se sitúa por encima del 59% se lograría que Berlín tuviera más capacidad de bloqueo que los otros tres grandes. Alemania tiene el 17,05% de la población, por delante de Reino Unido (12,31%), Francia (12,25%), Italia (11,97%) y España (8,18%). Se daría la circunstancia de que Alemania, juntando su población a la de dos de los otros tres grandes países podría bloquear porque siempre sumarían más del 41% de la población, impidiendo así que se cumpliera la exigencia de que la decisión tuviera el apoyo del 59% de la población.
En cambio, los otros tres grandes nunca sumarían ese porcentaje sin la participación de Alemania porque se quedan en el 36,53%. Y España nunca alcanzaría ese porcentaje de bloqueo del 40% de la población con otros dos países, ni siquiera sumándose a los dos más grandes: España, Alemania y Reino Unido suponen sólo el 37,54% de la población europea. Con esta fórmula de compromiso, Francia y Alemania tendrían los mismos votos pero Alemania tendría mayor capacidad de bloqueo. Pero al mismo tiempo se frustra el objetivo político de José María Aznar porque España nunca podría bloquear con otros dos países. Y los otros cuatro grandes sí, siempre y cuando en el trío participe Alemania.
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