Clinton, partidario de despenalizar la marihuana
El consumo de marihuana y su venta en pequeñas cantidades no debería estar castigado con penas de cárcel. Esta afirmación de Bill Clinton figura en una entrevista con Rolling Stone y contrasta con una de sus más grotescas declaraciones: poco antes de ser presidente reconoció que había fumado porros en su juventud, pero "sin tragar el humo", dijo Clinton en un intento de construir una imagen de hombre bueno. Ahora, el presidente de Estados Unidos propone algo que nunca ha estado entre sus prioridades durante los ocho años en que ha ocupado el Despacho Oval.Clinton incluso recurrió a un ejemplo cercano para proponer un replanteamiento de las penas de cárcel por consumo de drogas: recordó que su hermano, Roger, dejó la cocaína tras una etapa en la cárcel, pero aseguró que muchas de las personas encarceladas por problemas con las drogas "salen sin haber recibido tratamiento, sin educación, sin preparación y sin posibilidades de conseguir trabajo".
Sobre el caso Lewinsky, el presidente Clinton asegura que el proceso de impeachment, o destitución, no fue un "referéndum moral", sino una maniobra de un Congreso controlado por el ala más conservadora de los republicanos. También afirma que el fiscal que impulsó el caso, Kenneth Starr, "hizo lo que le pagaron por hacer". Según Clinton, los conservadores pensaron que podrían acabar con él.
Se volvería a presentar
En la misma entrevista, el presidente reconoce que "probablemente" se volvería a presentar a la reelección si la Constitución lo permitiese. De hecho, asegura que el aumento de la expectativa de vida de las personas desde que se escribió la Constitución permite plantear una reforma de la enmienda 22, que prohíbe más de una reelección presidencial. Cuando el periodista le pregunta si cree que habría ganado unas elecciones para lograr una tercera etapa presidencial, Clinton no duda en responder afirmativamente. En la entrevista, realizada cuatro días antes de las elecciones, Clinton muestra su convicción en una victoria de Al Gore en Florida "porque hemos trabajado como locos allí estos ocho años. Hemos hecho mucho por Florida y con Florida".
Según Clinton, una de las cosas que ha aprendido en estos ocho años es que a los presidentes "no se les permite tener sentimientos personales. Cuando manifiestas tu enfado en público, tiene que ser en nombre de los estadounidenses y sus valores. Pero nada personal".
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