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La policía actúa con contundencia para frenar a grupos de jóvenes manifestantes contra la globalización

Un número reducido de jóvenes, no más de quinientos, protagonizó ayer diversos enfrentamientos en Niza con la policía, que, desplegada masivamente para garantizar la seguridad de la cumbre, actuó con una contundencia que dio relieve a las acciones de los violentos. Los incidentes se saldaron con una veintena de heridos, en su mayoría gendarmes, y 45 manifestantes detenidos, entre ellos 16 vascos simpatizantes de organizaciones de apoyo a los presos de la banda terrorista ETA, aunque la prefectura de Niza no pudo precisar si eran de nacionalidad española o francesa.Los 50.000 pacíficos sindicalistas que el miércoles desfilaron en manifestación para pedir "una Europa social" habían vuelto ayer a su trabajo, y la calle quedó expedita para la contestación radical contra la globalización, según el modelo iniciado durante la asamblea de la Organización Mundial del Comercio en Seattle. A la vista de lo ocurrido ayer en Niza, no puede decirse, sin embargo, que ese nuevo tipo de protesta violenta haya calado en los aledaños del proyecto del poder global europeo.

Jóvenes llegados a la ciudad sede de la cumbre de los Quince desde distintos países de Europa, y en especial desde Italia, España, Reino Unido y desde otras ciudades de Francia se mostraron activos ya a primeras horas de la mañana e intentaron saltos en distintos puntos de la ciudad, agrupados en comandos de pocas decenas de manifestantes.

Entre todos ellos destacaba una nutrida representación de vascos. [Entre los manifestantes más agitadores figuraban simpatizantes encapuchados de grupos de apoyo a ETA que dejaron en varios lugares de los destrozos pitnadas de "Gora ETA", según informa Efe]. En alguna de las manifestaciones hubo profusión de ikurriñas.

Los mismos jóvenes, que con sus capuchas, mochilas, peinados de rastafari o crestas de estilo punkie daban una nota de guerrilla urbana muy alejada del tono militante de la gran marcha sindical del miércoles, pasearon por las calles del centro durante todo el día. Por la tarde, los radicales convivieron con una manifestación de algún otro centenar de federalistas europeos concentrados en sus mítines tradicionales y hasta con un grupo de escolares ingleses vestidos con batas blancas para pedir el fin de las clonaciones de animales.

Quedó algún cristal roto y algún tendero cerró su comercio por precaución, pero, en general, la protesta contra la globalización tuvo ayer en Niza un desarrollo más bien modesto.

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