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Entrevista:ALEKSANDER KWASNIEWSKI - PRESIDENTE DE POLONIA

"Si Niza fracasa, es un problema para todos"

En una reciente visita a Bruselas, el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, se declara optimista sobre la reforma de las instituciones europeas, un asunto clave para abrir la Unión Europea a los países candidatos a la adhesión. Pregunta. ¿Cree que, si no hay acuerdo en Niza, la UE puede paralizar el proceso de ampliación? ¿Cree que la reforma de las instituciones europeas es una condición previa para la ampliación?

Respuesta. Desde luego, la reforma de las instituciones es una condición previa para poder abrir las puertas a la ampliación, porque las reglas deben quedar muy claras para los candidatos. Creo que todos esos problemas serán decididos en Niza. Una de las principales tareas de los políticos es ser optimistas, positivos, o sea, que pienso en Niza en sentido positivo. Las dos partes estamos muy interesadas en dar un paso al frente para organizar las reformas necesarias y avanzar. Si Niza finaliza en un fracaso, es un problema para todos, pero hay que pensar de forma positiva en los próximos días.

P. ¿Cree que se podrá seguir el proceso de negociación aunque no haya un acuerdo en Niza?

R. Desde luego, se puede seguir negociando, pero, si queremos llegar hasta el final, es necesario no sólo negociar, sino preparar la UE en su interior, y eso significa la reforma de las instituciones.

P. ¿Cuáles son sus posiciones en relación a la ampliación de la mayoría cualificada y en particular sobre su aplicación a los fondos estructurales?

R. Estamos a favor de lo mejor para la UE. Aceptaremos lo que acuerden los Estados miembros. Políticamente estamos muy próximos de la posición española. Tenemos el mismo tamaño, la misma población, y desde luego la UE debe ser efectiva y nosotros aceptaremos las reglas y los cambios que los Estados miembros acuerden. Por nuestra parte, no tenemos condiciones previas.

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P. La Comisión quiere eliminar el derecho de veto en los fondos estructurales. ¿Ustedes se oponen?

R. No quiero entrar en ese tipo de discusiones, porque sería un error político y diplomático. Somos candidatos y aceptaremos las reglas que salgan de Niza. Tenemos suficientes problemas con nuestras propias negociaciones como para meternos en las discusiones internas de la UE. Somos lo bastante modestos e inteligentes como para saber cuáles son las cosas importantes que tenemos que hacer.

P. ¿Un polaco modesto? Eso es una novedad...

R. Sí, somos modestos. Polonia, después de una historia tan difícil, sabe muy bien dónde está, cuál es su objetivo y cómo conseguirlo. Tenemos suficiente experiencia para saber qué hacer en cada momento. Yo rechazo la imagen de Polonia como líder en Centroeuropa. Por supuesto, somos un gran país, con 40 millones de habitantes, con muchos éxitos durante tras 11 años de transición, pero nunca uso la palabra líder, porque sé que debemos ser buenos socios, buenos vecinos, tener las mejores relaciones con los checos, con Eslovaquia, Hungría, Lituania. Considerarnos líderes sería un error político. Por eso, en términos políticos, somos modestos.

P. ¿Cree que las cooperaciones reforzadas van a impulsar una Europa a dos velocidades?

R. El de las dos velocidades es un concepto muy peligroso. Significa que tendremos un grupo pequeño de países muy desarrollados que acelerarán su desarrollo en los próximos años y un segundo grupo sin oportunidad de estar próximo al otro grupo. Tendremos una nueva división en Europa. Ese concepto crea una Europa de primera división, otra de segunda, otra de tercera. Desde nuestro punto de vista, eso es muy peligroso, porque significa que tendremos diferentes Europas muy divididas, y en la menos desarrollada podemos tener grandes problemas de nacionalismo, de populismo. Es un retorno al pasado. Y al futuro tenemos que ir todos juntos.

P. ¿Cuándo se integrarán en el euro?

R. Por supuesto, no de forma inmediata, pero en cuanto Polonia esté en la UE el paso siguiente es estar en el euro, sin esperar demasiado. Tres, cuatro o cinco años después de la adhesión.

P. Un informe del Banco Mundial dice que la corrupción en Polonia es similar a la de Nigeria.

R. No es verdad. La corrupción es un problema. En Polonia, por supuesto, existe la corrupción. Y tenemos que tomar medidas especiales para luchar contra ella. Pero no se puede comparar con los países africanos. Y tampoco se puede comparar con nuestros vecinos. No me refiero a Alemania, pero sí a Rusia.

P. ¿Por qué tiene la bandera de la OTAN en su palacio presidencial?

R. Porque somos un país miembro de la OTAN, y cuando seamos miembros de la UE también pondremos su bandera.

P. Polonia es el único país donde ondea la bandera de la OTAN.

R. Quizá. Para nosotros, estar en la Alianza es algo muy serio. Y además yo soy el comandante supremo del Ejército polaco. Es también una cuestión de pedagogía. Ser miembros de la OTAN no es sólo obtener garantías, sino compartir obligaciones, asumir riesgos. Y nos vimos enfrentados a esa situación enseguida. No hay que olvidar que el 13 de marzo éramos miembros de la OTAN y 12 días después empezaron las incursiones en Kosovo. Para los polacos fue todo muy confuso. Somos gente muy pacífica y nos vimos envueltos en una guerra contra los serbios. Fue muy difícil y muy complicado, pero la reacción en la crisis de Kosovo fue muy favorable a la OTAN. Primero, porque, si asumimos un compromiso, lo cumplimos, y segundo, porque conocemos muy bien lo que es la limpieza étnica. Polonia fue territorio de holocausto. Hubo seis millones de víctimas, la mitad judíos.

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