El PP y el PSOE hacen público hoy su primer pacto sobre la política antiterrorista
El pacto contra ETA y sobre la situación vasca que previsiblemente cerrarán hoy el PP y PSOE será "el primer acuerdo de corresponsabilidad antiterrorista" entre los principales partidos nacionales que se suscribe en la democracia. A diferencia de los pactos de Madrid y de Ajuria Enea, de 1988, que tenían como objetivo "el final de la violencia", éste será un "pacto de combate" antiterrorista. El PP y el PSOE dejarán la puerta abierta a que todos los partidos democráticos se sumen al pacto. Y también a que se suscriba otro acuerdo en Euskadi, que puede recoger la tradición del Pacto de Ajuria Enea.
El documento, de cinco folios, está inspirado en el acuerdo de Estado, no escrito, que suscribieron en el Reino Unido el primer ministro conservador, John Major, y el entonces líder laborista, Tony Blair, a mediados de los años noventa, para combatir el terrorismo del IRA. Fue aquél un acuerdo cuyo objetivo principal era dejar claro a los terroristas que desistieran de sus intentos de imponer por la vía de las armas sus pretensiones políticas porque los dos partidos con posibilidades de gobernar en el Reino Unido tenían una posición unitaria.La característica principal del pacto que pretende suscribir el Gobierno de José María Aznar y el PSOE radica en que los dos principales partidos nacionales asumen conjuntamente la estrategia antiterrorista que se desarrolle a partir de ahora. Será un "pacto de combate" contra ETA, adaptado a la nueva situación política vasca, caracterizada por una fuerte ofensiva de la banda armada y por la legitimación política que le ha dado el PNV a través del Pacto de Lizarra, según fuentes próximas a los negociadores.
Ambos aspectos -la nueva ofensiva etarra y el Pacto de Lizarra, que busca la soberanía del País Vasco- le distinguen de los Pactos de Madrid y Ajuria Enea, de 1988. Fueron éstos unos pactos planteados para el fin de la violencia etarra y el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea establece las normas a que debe ajustarse un final dialogado sin vulnerar los principios democráticos. Fuentes próximas a la negociación estiman que, tras el pacto bilateral PP-PSOE, sería deseable completarlo, posteriormente, con el apoyo de las fuerzas democráticas vascas, de "difícil alcance" en este momento, dada la deriva soberanista del PNV.
El pacto PP-PSOE, que no aborda la salida dialogada, tiene tres partes: un preámbulo con los principios políticos; los objetivos del pacto, que recoge las medidas antiterroristas; y la metodología.
- Estrategia política. Analiza la ofensiva de ETA en el contexto de la situación política vasca con la deriva soberanista del nacionalismo democrático por la suscripción del Pacto de Lizarra, el 12 de septiembre de 1998. Exige expresamente al PNV el abandono de este pacto y sus instituciones -como Udalbiltza (Asamblea de Cargos Electos Municipales Vascos)- y reafirma al Estatuto de Gernika como cauce de las aspiraciones vascas de autogobierno. El pacto que suscribirán los dos grandes partidos no adquiere compromisos preelectorales ni poselectorales en Euskadi entre PP y PSOE.
- Estrategia antiterrorista. Recoge los compromisos concretos de la lucha antiterrorista con la pretensión de apartarla del debate partidario y parlamentario y de establecer una voz única de las fuerzas democráticas frente a ETA. Los principales compromisos son: reforzar la coordinación entre los Gobiernos central y vasco en la lucha antiterrorista; consultar y decidir conjuntamente las iniciativas en política penitenciaria, judicial, policial e internacional; consultar la respuesta social, como las manifestaciones callejeras, al terrorismo; y abrir una reflexión sobre el papel de los medios públicos de comunicación en la respuesta al terrorismo.
El pacto crea un mecanismo estable de relación entre el Gobierno y el PSOE para afrontar la lucha contra ETA y una comisión de seguimiento sobre el cumplimiento de los acuerdos.
El secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el diputado socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba ultimaban ayer la redacción de un pacto ya "irreversible" -según fuentes próximas a ambos negociadores-. Un portavoz oficial del PSOE aclaró ayer por la noche que el documento definitivo "estará cerrado mañana [por hoy], una vez que el presidente del Gobierno dé el visto bueno al texto que anoche le remitió Zarzalejos".
Zapatero: "El acuerdo excluye pactos electorales"
José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, afirmó ayer que el pacto que su partido está a punto de firmar con el PP para combatir el terrorismo "satisface plenamente" las aspiraciones de su partido, ya que le deja las manos libres para urdir los pactos electorales que estime oportunos "antes y después" de las elecciones en el País Vasco. "El pacto no contiene ni puede contener compromisos electorales o poselectorales sobre el País Vasco", señaló. El líder socialista explicó también que el PNV tendrá que "renunciar a Estella y a sus acuerdos y negociaciones con el mundo de los violentos" si quiere sumarse a este pacto, algo que Zapatero ve como poco probable a corto plazo. Los socialistas no excluyen la posibilidad de volver a los gobiernos de coalición con los nacionalistas, mientras que el PP ha centrado toda su estrategia en el logro de un acuerdo político con los socialistas para excluir al PNV del Gobierno de Euskadi.
Zapatero insiste en dejar la puerta abierta a los nacionalistas: "El PSOE ha pedido una y cien veces al PNV que abandone el camino de Lizarra, porque no conduce a ninguna parte. Lo reitero y lo reiteraré: no tiene ningún sentido y mucho menos en el marco de una Europa unida".
El secretario general del PSOE hizo esta observación en respuesta a una pregunta sobre si su partido, que en principio planteaba el pacto como estrictamente antiterrorista, no ha cedido al empeño del Gobierno de José María Aznar de dar al acuerdo un contenido político. Zapatero recordó que tras declarar despectivamente que no había motivo para firmar nada, el Ejecutivo, viendo que la posición del PSOE "era muy querida por los ciudadanos", rectificó y aceptó negociar "básicamente sobre la propuesta socialista". Zapatero concluyó que aunque es cierto que el Gobierno ha impulsado "la parte política del pacto", éste deja "más que realizadas las aspiraciones del PSOE".
"El acuerdo dice que no puede haber decisiones unilaterales, porque las decisiones serán compartidas tras el pacto y a nosotros no nos han gustado muchas decisiones que ha tomado el Gobierno", prosiguió Zapatero.
La firma podría realizarse a comienzos de la próxima semana, añadió, y aseguró que el PSOE "no presiona ni pone condiciones" sobre la persona concreta que deba firmarlo por parte del Gobierno. "Sólo pensamos que, siendo un pacto de nivel alto, debería ser firmado también a nivel alto, es decir, por el presidente. Pero si no es así, vale lo mismo", explicó.
Convergència i Unió (CiU) está dispuesta a firmar el pacto siempre y cuando el documento no lleve aparejado un hostigamiento del nacionalismo democrático vasco y en concreto del PNV, informa Josep Garriga. "Nosotros no participaremos en una campaña de acoso y derribo contra el PNV", advirtió ayer desde Berlín el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, tras entrevistarse con el presidente alemán, Johannes Rau. "Cuando lo veamos [el pacto] ya se verá si lo firmamos. Si lo firmamos lo haremos con absoluta tranquilidad de conciencia", insistió Pujol.
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