Desaires de Celia
La ex alcaldesa de Málaga y ministra de Sanidad, Celia Villalobos, se ha especializado en dejar plantado al personal. Lo hizo en Madrid, con los consejeros de Sanidad de las autonomías y en Málaga con los "peñistas", terreno que domina a la perfección y donde se encuentra como pez en el agua. Lo de Sanidad tuvo explicaciones tardías y torpes, pero lo de las peñas de Málaga, no tiene perdón de Dios. ¡Mira qué dejar compuestos y sin novia a cuatrocientas personas! Y encima cuando se quería recordar la memoria del concejal del PP asesinado por ETA, Martín Carpena. En Málaga, todavía, no se le tienen en cuenta estos desplantes, como tampoco el creciente distanciamiento con su sucesor en la alcaldía, Francisco de la Torre, pero de seguir por este camino, su propio partido le puede poner la proa. El capital político que con tanto mimo acumuló en Málaga puede perderlo e incluso cerrarse el futuro para cometidos de mayor calado.Villalobos, que tiene recetas para todo, está nerviosa. La Sanidad, con mayúscula, le viene grande. Tanto que el comisario europeo del ramo le ha enmendado la plana: detecte y cierre los mataderos clandestinos, en vez de decirle a los ciudadanos que no compren carne de "ganga". Málaga perdió una alcaldesa popular y populista, capaz de sacarse de la chistera proyectos maravillosos, para sentarse en el consejo de Ministros. Pero Celia no termina por digerir una responsabilidad que le supera. La sanidad no es hacer ganchillo ni guiños al sol en la feria de Málaga.
Por si fuera poco, el grupo municipal socialista, con Francisco Oliva a la cabeza, está tirando de hemeroteca y para finales de año se puede encontrar con la sorpresa de un balance demoledor, con promesas del PP no sólo incumplidas, sino que no parecen viables, ni financiera ni políticamente. A De la Torre le quedará bailar con la más fea. O sea, explicar porqué hay proyectos atascados y se ve obligado a buscar argumentos para justificar que el Ayuntamiento, pese a lo dicho por Celia en su toma de posesión como alcaldesa, no hizo lo necesario para conseguir para Málaga la capitalidad europea cultural en 2006.
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