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Reportaje:

El feminismo se pone al día

Más de 3.000 mujeres agrupadas en la Federación de Organizaciones Feministas del Estado Español se reúnen hoy en Córdoba tras siete años desde la última convocatoria

Cambio de significado

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Cuando se cumplen 25 años de la primera asamblea estatal feminista y tras siete años sin reunirse, la Federación de Organizaciones Feministas del Estado Español ha convocado una nueva asamblea en Córdoba desde hoy hasta el 12 de diciembre, a la que esperan que acudan más de 3.000 mujeres. Al mismo tiempo, en las librerías aparece Rebeldes, de la filósofa Amelia Valcárcel, una de las figuras de referencia del feminismo español. En la obra se recuerda que la emancipación femenina no es sólo producto de una lucha por los derechos y la paridad, sino, sobre todo una batalla por romper con normas heredadas, que se inicia en el interior de la mujer y que todavía continúa. Lejos del modelo de los años setenta, el feminismo hoy es una suma de acciones individuales¿Qué es ser feminista hoy? Las mismas feministas parecen más divididas que nunca sobre su definición. Mientras para la filósofa Amelia Valcárcel se trata de "alcanzar la paridad en todas las esferas de representación y poder", otras anteponen la crítica a las instituciones existentes antes que reclamar por sistema un lugar paritario en ellas. Es el caso de Justa Montero, de la Asamblea Feminista de Madrid y una de las organizadoras de la asamblea estatal que se celebra desde hoy en Córdoba, que se define de una corriente que ha buscado sus señas de identidad en campañas por el derecho a la libertad sexual o al aborto.

Literatura, arte, política

Pero ser feminista ya no pasa por la adscripción formal a un colectivo que se define igual que en los años setenta. "El feminismo hoy es una enorme masa de acciones individuales y espontáneas con las que cada mujer más de una vez al día exige delante de quien sea que se respete su libertad, su dignidad, sus derechos. Sin ellas no se produciría el cambio de costumbres por el que avanzamos hoy", explica Amelia Valcárcel. "Son mujeres que, aunque no se llamen feministas, se arrepienten cuando fallan en hacer respetar su dignidad".

La palabra "feminista" se ha universalizado de tal manera que muchos hombres no tienen hoy reparo en utilizarla para significar que están a favor de los derechos de la mujer, al tiempo que muchas mujeres que se encuentran defendiendo causas parecidas tienen todavía reparo en llamarse así."Veo a mi alrededor a muchas chicas de mi edad que defienden los mismos derechos para la mujer que yo y en cambio te dicen 'yo no soy feminista'. Les ha quedado una imagen del feminismo de confrontación que ya no es el de hoy. Por eso yo me reclamo por ese orden: feminista, progresista y de izquierdas, antes que socialista", dice Norma Bernard, de 24 años, secretaria de Formación de las Juventudes Socialistas y en tercer curso de Ciencias Políticas.

Así, en las juventudes del PP, se encuentran mujeres jóvenes como Cristina Marina, de 23 años y secretaria de formación de Nuevas Generaciones, que dicen: "No soy feminista, porque el feminismo puede ser otra forma de machismo. No creo que hombres y mujeres seamos iguales, creo que la figura paterna debe ser preservada. Estoy en contra de las cuotas, pero creo que una mujer que esté igual de preparada que un hombre debe tener las mismas oportunidades y salario. Y es verdad que ahí seguimos sufriendo muchas desigualdades". Cristina se siente diferente a las mujeres de generaciones anteriores. "Ya no callamos, nos sentimos con los mismos derechos y obligaciones, y somos capaces de levantar la voz y decir basta cuando no se respetan", dice.

Las diferencias de salario y oportunidades laborales, así como la violencia doméstica, preocupan por igual a jóvenes de derecha e izquierda. Pero si la lucha contra los malos tratos es una de las causas que aglutinan a un mayor número de mujeres y se ha revelado como un arma de agitación política, también es motivo de división. La propuesta del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, de publicar listas con los nombres de los agresores es a ojos de feministas como la actriz catalana Mont Plans -que leyó el manifiesto de la convocatoria feminista del 8 de marzo- "un linchamiento que recuerda a aquello de contra violación castración". Incluso dentro del mismo partido socialista, muchas mujeres califican en privado la propuesta como un "linchamiento público poco acorde con la cultura democrática".

Sin embargo, todas coinciden en que el feminismo está hoy más vivo que nunca. "La lucha contra la desigualdad por razón de sexo es la más antigua, es el único internacionalismo que se mantiene caído el comunismo, y creo que es más necesario que nunca en tiempos de la globalización, como movimiento emancipador y profundamente revolucionario", sostiene Norma Bernard.

"Las mujeres se asocian hoy mucho más que en los años setenta, pero con objetivos específicos", señala Amelia Valcárcel. "Es imposible saber el número de organizaciones en España que podrían ser definidas como 'feministas', probablemente decenas de miles. En casi todos los pueblos de España te encuentras alguna agrupación, a menudo propiciada por los propios ayuntamientos. No todas tienen una perspectiva feminista, pero el feminismo es hoy más complejo, y aunque el movimiento está más fragmentado, se ha profundizado en muchos campos. Es el momento de recoger toda esa riqueza para elaborar de nuevo un discurso fuerte", explica Justa Montero, "El mismo lema de las jornadas, Feminismo es... y será quiere expresar su vocación de futuro".

Mujeres Juristas, Mujeres Empresarias, Mujeres Socialistas, Mujeres Jóvenes, Mujeres Progresistas, Biblioteca de Mujeres, Mujeres Prostitutas, las asociaciones dedicadas a promover algún derecho o aspecto de la emancipación femenina están en todos los ámbitos y profesiones, creándose nuevos focos y corrientes de pensamiento. Muchas de ellos estarán presentes en la Asamblea Estatal en Córdoba, con 90 ponencias y talleres.

Las ideólogas de ayer ya no son los únicos puntos de referencia. El pensamiento feminista se genera hoy desde la literatura, artes plásticas, el mundo académico, las ONG y la propia política."Las mujeres políticas no crean más condiciones de entusiasmo que los políticos entre las más jóvenes", dice María Jesús Buxó, profesora de Antropología de la Universidad Autónoma de Barcelona y una de las ponentes del Foro Globalización y Mujer en Madrid. "Creo que está surgiendo una generación que busca otros referentes para movilizarse. El planteamiento que tienen mis alumnas es más global. Les preocupa más cómo será el diseño general de la sociedad para replantear las relaciones entre sexos dentro de él. Y creo que los planteamientos teóricos de las políticas se han quedado escasos". Ello no significa que tengan menos interés por luchar contra la discriminación, o que no estén a favor de la paridad, pero "sienten que las políticas hablan con el mismo lenguaje de los políticos, y les despierta más interés lo que pasa en la sociedad, el contacto directo con la realidad". Es la última hornada feminista de la globalización.

También Àngels Grassas, de 58 años, una veterana del feminismo y dueña de la Librería de Mujeres de Barcelona, cree que existe un foso entre el feminismo que busca sus referentes en la política y el que los busca en la creación literaria. "Uno de los peligros del feminismo político, el que sólo se empeña en ocupar espacios, es que lleva a menudo a repetir los mismos modelos masculinos que siempre hemos criticado y de los que queríamos huir. Hay una ruptura y a veces parece que las políticas no se quieren enterar".

La mujer quiere saber quién es por dentro, pero sobre todo saber qué lugar ocupa en el mundo. Para ello no deja de buscar referencias en la historia, las biografías de mujeres ilustres. Parece como si la mujer hubiera apenas penetrado en un agujero negro con una linterna para ir iluminando retazo a retazo un fresco del que todavía desconce sus dimensiones. "Sacarla del lugar oculto que ha tenido en la historia, las artes, para reconocer su autoría, el papel que tuvo como verdadera protagonista, tantas veces silenciado", es otra de las tareas del feminismo actual, según Valcárcel.

Es una labor a la que hoy se dedican historiadoras y teóricas del arte, prácticamente en todas las universidades. El mundo, la cultura, la sociedad, tienen padre y madre. El feminismo de hoy siente que no habrá culminado su obra, que el reconocimiento de la mujer no será completo, hasta que el mundo se reconozca heredero no sólo de un legado masculino, sino también femenino.

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