Investigado por abusos sexuales el colegio de los hijos de Tony Blair
Críticas a la Iglesia
Agentes del servicio de protección infantil de Scotland Yard están investigando las denuncias de abusos sexuales efectuadas por un grupo de alumnos del colegio católico London Oratory, al que asisten dos de los hijos del líder laborista, Tony Blair. Las alegaciones, efectuadas de forma anónima por los afectados en sendas cartas remitidas a una asociación de ayuda a la infancia, se refieren a presuntos actos de pederastia ejecutados por el capellán del centro, el padre David Martin, fallecido hace dos años víctima del sida.Dos de los menores en cuestión decidieron contar por escrito su experiencia a la asociación Childline porque temen que el sacerdote haya podido contagiarles la enfermedad. No se descarta que hasta seis alumnos del centro fueran llamados en su día por David Martin a sus habitaciones particulares de la parroquia.
El colegio, mixto y de 1.360 plazas, es uno de los más prestigiosos de la capital británica porque suele ocupar los primeros puestos en las listas de excelencia académica publicadas anualmente por el Gobierno. Si bien Euan Blair, de 16 años, y su hermano Nicholas, de 14, cursan allí sus estudios de secundaria, la propia policía ha subrayado que nunca tuvieron nada que ver con el capellán fallecido. Downing Street, domicilio del primer ministro, no ha hecho de momento declaraciones. Para los demás padres, sin embargo, la situación resulta cuando menos confusa. "El padre ése está muerto, ¿no? Ya no puede abusar de nadie ni tampoco vamos a conseguir castigarle", se oyó ayer a las puertas del colegio. Algunos progenitores han sugerido incluso que se trata de una campaña orquestada por la prensa conservadora para desprestigiar al centro y, de paso, al mismo Blair.
Para la Iglesia católica británica, la situación no puede ser más embarazosa. En 1994 puso en marcha unas estrictas medidas de protección de los menores a cargo de sus sacerdotes. Según sus críticos, éstas no han surtido el efecto deseado. En los últimos seis años, han sido destapados cerca de una treintena de casos de abusos protagonizados por el clero católico en todo el territorio nacional. En el caso del colegio London Oratory, la jerarquía eclesiástica puso en conocimiento de los servicios sociales el caso del padre Martin en cuanto tuvo noticia. Otras veces, sin embargo, la reacción no ha sido tan pronta. En especial se le reprocha al propio arzobispo católico de Westminster, Cormac Murphy-O'Connor, que permitiera, en contra de la opinión de los psiquiatras, seguir ejerciendo su ministerio a Michael Hill, un sacerdote acusado ya de pederastia. Los expertos temían que reincidiera y, cuando ocurrió, el arzobispo pidió disculpas en público "por los errores cometidos en el pasado".
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