Georgia amenaza con la fuerza a los secuestradores

Las autoridades georgianas siguen apostando por la búsqueda de una solución negociada al secuestro de los dos españoles, pero detrás de la zanahoria esconden el palo. Kaha Imnadze, portavoz del presidente Edvard Shevardnadze, asegura que se trata con los patriarcas locales y los jefes de los refugiados porque la autoridad de éstos, aunque lesionada desde el estallido de la guerra en Chechenia, sigue siendo aún muy respetada. "Lo más importante", señala, "es preservar la vida de los rehenes, pero los terroristas deben saber que también podemos rescatarlos utilizando la fuerza".Y no es sólo la fuerza estricta de las armas, sino también la de la presión que pueda derivarse de medidas que podrían empeorar la situación de los miles de refugiados chechenos, como poner dificultades a la llegada de ayuda humanitaria.

Los bloqueos de los accesos a Pankisi por parte de la población del distrito de Ajmeta facilitan al Gobierno georgiano un motivo (o una excusa) perfecta para efectuar una intervención militar. El grito de guerra de las protestas populares es éste: "¡Que echen a los chechenos de Georgia!"

Quien está sacando fruto de la situación es Rusia, furiosa porque Georgia no le ha permitido atravesar su territorio para entrar desde él a Chechenia y coger a los boievikí entre dos fuegos. Ayer, fuentes del Ministerio de Defensa y de los servicios de seguridad, citadas por Itar Tass, aseguraban que Tbilisi ha perdido el control de la zona de Pankisi y comienza a perderlo también en las adyacentes.

Según esos medios, "centenares de gánsteres" que penetraron desde Chechenia extienden la inseguridad por el norte de Georgia y pretenden establecer allí una república independiente.