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Rusia dicta una orden de captura internacional contra Gusinski

La larga mano de la fiscalía general (que el propio inculpado cree que es la misma que la del presidente Vladímir Putin) persigue a Vladímir Gusinski, patrón del principal grupo de comunicación privado de Rusia, Media Most. Ayer se informó de que la orden de busca y captura interna contra el gran enemigo del líder del Kremlin se convirtió en internacional el 20 de noviembre, apenas una semana después de que el magnate no se presentase a declarar ante el fiscal, que terminó procesándole por presunta estafa.En una entrevista con este diario (ver EL PAÍS del pasado 25 de noviembre), Gusinski se mostraba confiado en que la Interpol no se convertiría en un "instrumento del poder ruso", y recordaba que el convenio europeo de extradición establece que no se puede entregar a perseguidos por motivos políticos y religiosos. Y justamente eso es lo que él se considera: un exiliado político. Lo mismo que el oligarca por antonomasia de Rusia, Borís Berezovski, que también se niega a testificar sobre las irregularidades en la compañía Aeroflot y continúa en el extranjero.

Aunque existe entre ellos una profunda antipatía personal, les une ahora su destino común de perseguidos por la justicia rusa (aunque en el caso de Berezovski aún no hay procesamiento) y de opositores a Putin. Berezovski lo dice abiertamente, y critica el camino hacia la dictadura por el que dice que el presidente conduce a Rusia. En cuanto a Gusinski, dice que su gran pecado es no haber puesto la cadena NTV, la principal privada del país, al servicio del Kremlin.

Refugio español

El patrón de Media Most no acudió en su día a declarar ante el fiscal porque temía que le ocurriese lo mismo que el pasado junio: que desde la fiscalía fuese conducido a la cárcel de Butirka, cuyas hieles probó entonces durante tres días. Se le acusa de desviar al extranjero activos de su grupo que servían de garantía a un préstamo de unos 40.000 millones de pesetas del monopolio del gas, Gazprom. Curiosamente, en esta empresa se dice que todo está en orden, sobre todo después del reciente acuerdo que le permitía convertirse en el socio mayoritario de la NTV, aunque aún no está claro que eso le vaya a permitir controlar la cadena, cuyas coberturas informativas parece que ponen furioso a Putin.En la entrevista antes citada, Gusinski aseguraba que la fiscalía "es la porra de Putin", con la que golpea a sus enemigos. El presidente insiste en que ésa es una institución independiente incluso de su cada vez más amplio poder.

El asunto puede terminar colocando a España en el brete de tener que decidir sobre la suerte de Gusinski. El magnate reside con frecuencia en el país, donde viven de forma permanente, en la urbanización gaditana de Sotogrande, su madre, su mujer y dos de sus hijos. Él, sin embargo, asegura irónicamente que vive en un avión, por las necesidades de sus negocios. Gusinski tiene dos pasaportes, tantos como nacionalidades: rusa e israelí.

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