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Un fallo del Supremo italiano sobre intereses "de usura" supondrá un coste de hasta 4,6 billones

El sistema bancario italiano vive momentos de incertidumbre, a raíz de una reciente sentencia del Tribunal Supremo que ha considerado que los intereses aplicados por la mayoría de las entidades se sitúa a niveles "de usura", es decir, un 50% por encima de la tasa oficial. Lo grave de la sentencia es que tiene carácter retroactivo, y su ejecución podría obligar a los bancos a restituir sumas que, según el gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, oscilarían entre los 15 y los 50 billones de liras (25.000 millones de dólares, 4,6 billones de pesetas). La intervención de Fazio se produjo ayer de manera discreta. El gobernador envió una carta al ministro del Tesoro, Vincenzo Visco, en la que reclama la intervención "urgente" del Ejecutivo para evitar que ocurra algo grave. A juicio de Fazio, caso de ejecutarse la sentencia emitida el 19 de noviembre por el Supremo, se produciría una anomalía en Italia: la que ha convertido los intereses fijos pactados entre banca y cliente en intereses "de usura", por la simple oscilación de los tipos de interés en el mercado. De ahí que Fazio pida una actuación inmediata del Ejecutivo. La Asociación Bancaria Italiana ha anunciado ya que recurrirá la sentencia del Supremo ante los tribunales europeos, pero también las asociaciones de consumidores amenazan con nuevos recursos.

La alarma de Fazio se basa en las consecuencias que una aplicación intransigente de la sentencia podría representar. A juicio del gobernador, es probable que los bancos dejaran de prestar dinero a interés fijo. Ello obligaría a los ciudadanos y a los empresarios italianos, a juicio de Fazio, a tener que recurrir a entidades extranjeras. Pero, además, podría provocar una deserción de los bancos extranjeros en Italia. "La normas italianas no están claras y provocan una inevitable incertidumbre", señala el gobernador en su carta al ministro Visco.

La sentencia polémica se basa en una ley anti-usura que existe en Italia desde marzo de 1996, para proteger a los ciudadanos de los intereses abusivos. De acuerdo con esta ley, el Banco de Italia, Hacienda y la unión de institutos de crédito elaboran trimestralmente un tipo de interés global medio sobre la base de los intereses que cobran los diferentes bancos. Los intereses que superan en un 50% esa media son considerados usureros y, por lo tanto, ilegales. La sentencia del Supremo -que anula una anterior sentencia del tribunal de Bolonia contra la querella de un cliente-, no se ha limitado, sin embargo, a condenar por ilegales los intereses establecidos después de que entrara en vigor la ley, sino que penaliza incluso los anteriores a la misma.

Inicialmente, el Gobierno saludó como un progreso la sentencia, por considerar que los bancos italianos funcionaban como "un cartel". La carta del gobernador Fazio, sin embargo, coloca al Ejecutivo entre la espada y la pared, obligado ahora, como ayer subrayó el ministro del Tesoro, Visco, "a analizar en profundidad la situación", intentando no irritar a ninguna de las partes.

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