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Los españoles secuestrados tenían vínculos con el negocio del juego

Los socios georgianos de su empresa proyectaban abrir un casino

El grupo de españoles de la empresa Geomadera, con la que estaban relacionados los dos españoles secuestrados el jueves cerca de Tbilisi, tenía otros negocios en marcha en Georgia, además de la exportación de piedra y madera. Fuentes cercanas a los socios georgianos de la firma confirmaron ayer a EL PAÍS que, el pasado verano, se estuvo reclutando personal para un casino, desde un médico a crupieres, que iba a ser abierto en enero.

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Esperanzas de un rápido desenlace

A primera hora de la mañana de ayer, otros tres españoles que trabajaban con Geomadera abandonaron Georgia rumbo a Londres, y de allí a Madrid. Sólo se conocen sus nombres de pila: Francisco, Carlos y Ramón. Se fueron sigilosamente, tras haberse hecho invisibles durante dos días incluso a la cónsul honoraria en Georgia, Mariam Bagratión, y al cónsul general adjunto en Moscú, Joaquín Durán, enviado urgentemente a Tbilisi para ocuparse del caso.El calificativo de "misterioso" no resulta exagerado para el hotel Londres, en el que todos ellos se alojaban junto a quien inicialmente se dijo que era el gerente de Geomadera: Alejando Marcoso. Los mismos empleados del servicio de seguridad que el día anterior afirmaban que ya no estaba en el país, sostenían ayer lo contrario y le situaban en la región de Ajmeta, cerca de la "Chechenia georgiana", donde supuestamente están los secuestrados. "No piensa volver de allí", añadieron, "hasta que no sean liberados los secuestrados". Marcoso, que no es de nacionalidad española, sino, al parecer, cubano, podría ser el personaje clave de este embrollo.

El hotel, ubicado en un barrio modesto de Tbilisi, es un edificio sin ninguna identificación exterior, aunque aún son visibles las huellas de una placa junto a la puerta. Quien parece ser el jefe de seguridad afirmó ayer desde el umbral (imposible ir más allá) que en los ocho meses que él lleva en su puesto el único idioma que oyó hablar fue español. Hoy, el Londres está cerrado a cal y canto.

Nada de esto tiene por qué llevar a la conclusión de que las actividades empresariales del grupo sean ilegales o estén en el origen del secuestro. Al parecer, la oficina española de Interpol incluso ha comunicado a la georgiana que los dos secuestrados son considerados en su país hombres de negocios serios. El problema puede consistir en que se hicieron más "visibles" de lo que aconseja la prudencia en un país al que la crisis de Chechenia está exportando la "industria" del secuestro.

La misma fuente citada inicialmente afirma que alguno de estos españoles compró durante sus viajes valiosas obras de arte y que entre los proyectos de Geomadera figuraba la construcción de un hotel, para el que incluso se compró un solar. Sobre la empresa sigue habiendo más incertidumbres que certezas. Al parecer, Sulikó Kobiashvili, el teniente coronel de la policía de tráfico que acompañaba a los dos españoles y que fue apaleado por los secuestradores, es el presidente oficial de la firma, y estaba acompañado de un hermano cuando ocurrieron los hechos. Aparentemente, se aplicaba un esquema muy común por estas tierras: dinero extranjero y fachada (y eventualmente protección) georgiana.

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