Esperanzas de un rápido desenlace
Aún es pronto para echar las campanas al vuelo, pero ayer aumentó la esperanza de que se resuelva por la vía rápida el secuestro de los empresarios españoles José Antonio Tremiño, de 31 años, y Francisco Rodríguez, de 47. El optimismo se basa en que, según fuentes del Ministerio del Interior de Georgia, ya hay negociaciones en marcha. Las dirige el viceministro Vaja Vakuradze, que en el mes de agosto logró la liberación de una italiana, una francesa y un georgiano que trabajaban para la Cruz Roja. Los tres fueron capturados en la misma zona, fronteriza con Chechenia, en la que, según diversos indicios, se retiene a los españoles. En aquella ocasión no se pagó rescate.
Lo que no está claro es que el contacto se haya establecido de forma directa con el comando de cuatro hombres armados con fusiles Kaláshnikov (o con sus jefes) que asaltó a los empresarios. Lo más probable es que se utilice como intermediarios a patriarcas de comunidades locales, de gran autoridad moral en todo el Cáucaso, y muy especialmente en Chechenia.
Ayer, los habitantes georgianos de las zonas de la región de Ajmeta próximas al desfiladero de Pankisi, en el que hay más de 7.000 refugiados, bloquearon los accesos a este feudo checheno incontrolable. Hartos de que el Gobierno no garantice su seguridad, la asumieron ellos mismos. "Hoy salimos con palos", dijo uno de ellos, "pero mañana lo haremos con armas". Hubo algunos tiros, pero, que se sepa, no heridos.
La principal reivindicación es que se acabe con los secuestros, de los que son víctimas, dicen, numerosos georgianos. Uno de ellos, capturado poco después que los dos españoles, era propietario de una empresa de maderas. Una coincidencia que puso anoche de relieve el principal canal privado de televisión, según el cual el paradero aproximado del georgiano (y tal vez de los españoles) ya es conocido por las fuerzas de seguridad.
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