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Entrevista:

"En lo público, no hay que plantear ni ganadores ni perdedores"

Pregunta. ¿Por qué su dimisión llega en este momento y no la presentó antes o esperó unos meses?Respuesta. He continuado mientras había una esperanza. Había que intentarlo, había que defender la autonomía universitaria. El claustro eligió a este rector con el 90% del respaldo y era lógico que intentara normalizar las relaciones. Yo me he esforzado hasta el punto de seguir directices para impulsar el Parque Científico; directices que en muchos casos nos han dado técnicos de la propia administración. Mientras ha habido un resquicio, pese a las dificultades, lo hemos intentado. Llegado este momento creo que continuar intentándolo puede ser escasamente fructífero y contrario al interés de la Universidad.

P. ¿Ahora era el mejor momento?

R. Tenía todos los indicios de que la Universidad debería soportar un periodo electoral de más de un año con tensiones inaguantables. Por otra parte, no es ningún secreto que se ha comentado en público que yo era la pega y el problema para el entendimiento. Pues en ese sentido hay que darle una oportunidad al gobierno.

P. ¿Qué espera ahora?

R. Yo no espero nada. Andrés Pedreño ha hecho un gesto irrelevante, honradamente creo que tenía que hacerlo para ver si la Universidad sabe vender el proyecto y ahora ha de ser el gobierno quien actúe.

P. ¿En el pulso con la administración en la defensa de la autonomía universitaria quién ha ganado?

R. Si defender la autonomía universitaria es mantener un pulso, yo me niego a reconocerlo. Creo que cada uno ha de tener sus compentencias bien claras. Sólo he defendido un ámbito que corresponde a las universidades. En lo público, no hay que plantear ni ganadores ni perdedores. Quien gana siempre es el interés público y no los intereses personales. En cualquier caso, si eso va a repercutir en positivo para la Universidad, estaría encantado de declararme perdedor.

P. ¿Usted cree que se recuperará el proyecto del Medpark?

R. Repito que lo que yo crea de poco va a servir. Mis creencias son irrelevantes, más ahora, que pasaré a ser un profesor en la facultad

P. Por cierto, ¿qué hará ahora?

R. De momento centrarme en mis obligaciones, reciclarme en economía, estudiar un poco, ponerme al día y seguir trabajando.

P. ¿Con qué sensación se va?

R. Con la sensación de pena, de frustración más que de pena, de que no puedo hacer nada por todas las personas que están trabajando en las nuevas tecnologías. Se trata de más de 300 personas, que han apostado por este proyecto y de donde creo que saldrán excelentes profesionales. Es una pena que a ese capital humano, en un sector tan puntero como el de las nuevas tecnologías, al final de la estructura universitaria no se le permita una salida en condiciones. Desde luego, sin un parque científico será difícil.

P. ¿Habrá un antes y un después de Andrés Pedreño?

R. Siempre hemos trabajado en equipo, se ha contado con gente que, en ocasiones, de manera desinteresada, ha hecho proyectos de gran envergadura. No he querido poner nombres y apellidos a ningún proyecto. Siempre ha sido iniciativa del equipo, de la Junta de Gobierno o de una facultad

P. ¿Y el parque científico?

R. Este proyecto podríamos utilizarlo como una asignatura pendiente de gran envergadura. La prueba es que después de un verano como el que hemos padecido, la Junta de Gobierno apoyó el desbloqueo de ese tema, al igual que el Consejo Social. Ahora hay que esforzarse y explicar a la sociedad que no es un proyecto del rector, sino de la sociedad. Creo que está justificado y avalado para que pueda prosperar

P. ¿Confía en que la Generalitat rectifique?

R. No voy a caer en el error. Yo espero que sí y confío en que el beneficio para la Universidad sea el mejor. Espero en que el Gobierno le dé una oportunidad.

P. ¿El rector futuro y su equipo pueden enterrar el Medpark?

R. Es evidente que sí. La Universidad es soberana, la interferencia es mínima, todos en la Universidad pueden opinar. Ahora bien, el que crea que la Universidad se deja instrumentalizar fácilmente se equivoca. Es imposible, por la propia composición democrática de sus órganos de gobierno. Quien crea que la voluntad universitaria es producto de un rector, se equivoca. La universidad es madura y crítica con ella misma.

P. ¿Los últimos informes que avalan su gestión en la tramitación del Medpark han sido determinantes para dimitir?

R. La dimisión ha sido fruto de una reflexión general. Estos informes vienen a clarificar ante la comunidad académica lo realizado y es mejor irse cuando las cosas están claras que cuando hay sombras. Pese a que planteé mi dimisión el pasado verano, cuando padecimos una intoxicación notable de acusaciones de todo tipo, he esperado a que se clarifique todo. Y estos informes lo hacen. El redactor del reglamento de la Ley Urbanística de la Comunidad Valenciana nos da la razón en lo hemos hecho y luego otro informe es concluyente y dice que pagamos lo justo por los terrenos.

P. En la Universidad algunos miembros han expresado cierta rabia o impotencia ante esta dimisión

R. Es lógico. En diez años de gestión universitaria se establecen lazos de amistad y confianza con todo el mundo. Hemos vivido momentos difíciles y de mucha tensión. Eso te marca, pero no debe influir a la hora de hacer una reflexión serena de lo que más interesa.

P. ¿La defensa por la autonomía universitaria ha valido la pena?

R. Uno no se puede plantear si merece o no la pena. Te puedes sentir más o menos frustrado de que hayas sido incapaz de lograrlo y conseguir el objetivo, pero la autonomía universitaria es un principio que debemos defender en toda su extensión.

P. En la Universidad algunos consideran que se equivocaron actuando por libre en el proyecto Medpark, sin contar con nadie

R. No, en absoluto, hay modelos que son compartidos, y nosotros empezamos ofreciendo la iniciativa al Ayuntamiento de Alicante, que se desmarcó de este tema. En algunos parques la administración interviene, no para controlar, sino para apoyar la iniciativa, pero también hay otros que son estrictamente universitarios. Cualquier modelo sirve. Si aquí hubiéramos visto interesada a la administración, estaría invitada a participar. Medpark es un proyecto abierto, pero cuando no hay voluntad ni entusiasmo por parte de las autoridades que nos rodean, la Universidad pide opinión de gente especializada y empieza a trabajar. Al gobierno sólo le hemos pedido lo mínimo, ningún trato de favor, sólo que recalifique una zona de suelo rústico comprado con fondos propios por la Universidad. No pedimos nada del otro mundo. Además, es algo que se ha concedido a otra universidad, que está 18 kilómetros de aquí. En cuanto a cesión de terrenos, estamos pidiendo algo normal.

P. ¿Y entonces en qué se han equivocado?

R. Si ha habido algún error y es mío, ahora se puede solucionar, teniendo en cuenta que ya no estoy yo. Si no hemos sido hábiles, ahora hay una magnifica oportunidad para rectificar.

P. Uno de sus logros ha sido la internacionalización del campus. La Universidad de Alicante ahora es conocida en buena parte del mundo...

R. Nunca se acaba de poner una Universidad en el mundo. Hemos iniciado una tímida expansión, pero el trabajo que queda por hacer para ser una universidad internacional de referencia es espectacular. Ser competitivo es fundamental y mantenerse es difícil. Con el 0,8% de gasto del PIB frente al 1,5% de las universidades europeas es evidente que faltan recursos económicos. No hay que dormirse en los laureles.

P. En la Universidad de Alicante encuentra a gente preparada para continuar su labor

R. Gente hay pero faltan recursos económicos. Stanfford tiene la mitad de alumnos que Alicante pero su presupuesto es 25 veces superior, al igual que en Oxford o en Cambrigde. En Alicante tenemos la suerte de disponer de un excelente capital humano.

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