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Los familiares de las víctimas del accidente del autocar escolar en Soria cobrarán 400 millones de indemnización

Los familiares de las 28 personas, niños en su gran mayoría, que perdieron la vida en el accidente de un autocar en la provincia de Soria el pasado mes de julio recibirán en los próximos días 400 millones de pesetas de una compañía de seguros en concepto de indemnización. Los familiares cobrarán cantidades que oscilarán entre 8 y 10 millones de pesetas, en caso de ser padres de algunos de los niños fallecidos, y entre dos y tres millones si son hermanos.Además, según publicó el diario Segre en su edición de ayer, las 11 personas que resultaron heridas también cobrarán una cantidad indeterminada por las lesiones sufridas en el accidente y sus secuelas. Buena parte de las familias han aceptado ya las indemnizaciones y algunas de ellas ya han empezado a cobrarlas.

La compañía que ha tenido que hacer frente a estas indemnizaciones es Multinacional Aseguradora, con la que el conductor del camión que provocó el accidente, Félix Minguela Rodrigo, que también resultó muerto, tenía suscrita una póliza desde sólo unas semanas antes del accidente. El camionero viajaba de Segovia a Lleida una media de cuatro veces por semana. Pocas fechas antes del siniestro se dirigió a una gestoría de Lleida para cambiar de compañía, ya que la que tenía hasta entonces iba a aumentarle la cuota por alta siniestralidad.

El accidente se produjo el pasado 6 de julio en la carretera N-122, cerca de Soria. Un camión que transportaba cerdos invadió el carril contrario, por una distracción del conductor al sonar su teléfono móvil, según concluyó la investigación posterior, y chocó de frente con el autocar escolar.

En el autobús viajaba un grupo de adolescentes de las localidades barcelonesas de Viladecans y Ripollet. Los muchachos iban a pasar unos días de colonias en Aranda de Duero (Burgos), donde la congregación de los Hermanos Gabrielistas, propietaria de los colegios en los que estudiaban segundo y tercer curso de ESO, tiene una casa.

El accidente produjo una gran conmoción entre los habitantes de Viladecans y Ripollet, localidades en las que buena parte de la población tenía relación con alguna de las víctimas o las conocía. En Viladecans -de donde eran 11 de los estudiantes fallecidos, además de tres monitores y la madre de un profesor- unas 15.000 personas asistieron a los funerales conjuntos.

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