_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

En manos de Arafat

A falta de un par de votaciones de trámite, el primer ministro israelí, el laborista Ehud Barak, se ha resignado a la celebración de elecciones anticipadas, probablemente en mayo de 2001; y todo parece indicar que en ellas tendrá una influencia decisiva lo que dé de sí en estos meses de interregno la escarpada negociación con los palestinos.En 1996, los atentados del movimiento islamista de Hamás ya fueron cruciales para la victoria del ultranacionalista del Likud Benjamín Netanyahu sobre el laborista Simón Peres; y ahora, de manera aún más directa, si Arafat puede darle al candidato laborista seis meses de calma -y hay que subrayar si puede-, Barak tiene una buena opción para dar la vuelta a unos marcadores que le sitúan 21 puntos por debajo de Netanyahu -que busca la candidatura- y a 11 de Ariel Sharon, todavía líder del Likud, que ya se ha postulado oficialmente, aunque presionado por la sombra amenazadora del anterior jefe de Gobierno.

En ese tiempo, Barak tendrá manos libres para negociar sin un Parlamento adverso y podrá tratar de convertir los comicios en un plebiscito sobre la guerra y sobre su paz. No parece, sin embargo, que deba buscar un acuerdo cerrado, sino más bien presentar una propuesta de arreglo al electorado, puesto que el propio Arafat no va a querer jugárselo todo con un gobernante que no sabe si va a pasar la prueba electoral. Al mismo tiempo, con los dos negociadores más enconados que nunca tras la matanza de palestinos en que se ha convertido la Intifada de las mezquitas, no se ve cómo el israelí puede, como ya ha hecho, ofrecer nada mejor que una difusa responsabilidad sobre los lugares santos del islam en la Jerusalén árabe.

Si llega el caso, no faltará quien culpe a Arafat de la derrota electoral de Barak, mucho más conciliable que cualquier candidato del Likud a los intereses de su pueblo, a causa de su presunta intransigencia negociadora. Sin embargo, sólo la ciudadanía israelí será responsable de a quién elija.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_