_
_
_
_

LE MONDE Bioética y política

Con la revisión de las leyes sobre bioética de 1994, los políticos franceses deben tratar de nuevo una cuestión crucial de la democracia moderna. Saber hasta dónde y con qué medios pueden establecerse límites en el terreno de la investigación científica y cómo controlar el uso de sus descubrimientos. Y tanto más difícil es la respuesta al tratarse de investigaciones sobre la vida, su preservación, su transmisión, su fin. El individualismo contemporáneo tiende a considerar que, en este campo, todo lo que hace posible la ciencia tiene que dejarse al libre albedrío de cada uno y que ninguna moral "colectiva" debe prevalecer sobre el pensamiento individual. Todos deberían poder acceder a los medios existentes para curarse o prolongar la duración de su vida. También debería ser posible ponerle fin si la enfermedad que se sufre le incita a una persona a dicha elección. (...) Este postulado general es un desafío para los sabios, los primeros en percibir los posibles desarrollos de un descubrimiento. ¿Acaso pueden ir a todos los sitios donde les permite la ciencia? ¿O deben prohibirse ciertas vías o, por lo menos, advertir a la opinión pública de los peligros que encierran? Además, sus motivaciones pueden no ser puramente científicas o "éticas", pudiendo existir también una motivación comercial o económica. (...) A los políticos les incumbe asumir la responsabilidad de promulgar reglas. Las leyes de 1994 nacieron de un debate parlamentario que permanece como un modelo. Incumbido por el precedente, el Parlamento tiene que mostrarse de nuevo a la altura de la labor que le toca llevar a cabo. París, 29 de noviembre

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_