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Schröder admite el desacuerdo sobre la reforma de la UE en vísperas de la cumbre de Niza

Pilar Bonet

El canciller alemán, Gerhard Schröder, reconoció ayer ante el Bundestag (Parlamento federal) que los socios europeos divergen todavía en los temas clave que deben resolver en la Conferencia Intergubernamental de Niza para hacer posible la ampliación de la UE. En una declaración dedicada a la cumbre que se celebrará la semana próxima en aquella ciudad francesa, Schröder indicó que los problemas no resueltos en Amsterdam en 1997 están aún sobre la mesa. Schröder se reunirá el próximo fin de semana en Hannover con el presidente francés, Jacques Chirac, en busca de un acuerdo.

Por solucionar están tanto las votaciones por mayoría cualificada en el Consejo como la toma en consideración en las decisiones del peso demográfico de los Estados y el tamaño y la composición de la Comisión en una UE ampliada. En la búsqueda del consenso, el canciller alemán y el presidente francés se entrevistarán el próximo fin de semana. En las últimas semanas, Schröder ha emprendido una ofensiva diplomática por su cuenta y ha recuperado el protagonismo que le dejó ejercer a su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer. El canciller, que ha ido de una ciudad a otra de Europa (desde Londres a Copenhague, pasando por Amsterdam y Bruselas), reiteró ayer los tres postulados básicos de la retórica oficial alemana, es decir, expresó confianza en que lo de Niza saldrá bien, apoyó la presidencia francesa y reiteró el interés en que la ampliación sea lo más rápido posible.

Tras los rituales, sin embargo, se esconden los problemas. Alemania no ha conseguido que Francia, apegada a la idea del tándem histórico con su vecino, apoye su deseo de desmarcarse con un número superior de votos en función de su mayor peso demográfico. "Las decisiones por mayoría cualificada exigen, sobre todo por motivos de legitimidad, que el peso de los diferentes Estados miembros a la hora de votar tenga una orientación más realista", dijo ayer Schröder.

Unión ampliada

"No puede ser que en el futuro, en una Unión ampliada, Alemania, que tiene más de ochenta millones de habitantes, disponga de 10 votos en el Consejo mientras 19 pequeños Estados, que no llegan en conjunto a los ochenta millones de habitantes, dispongan de 57 votos en el Consejo", sentenció. "Las ideas sobre cómo debe darse más valor a la población están todavía muy alejadas", reconoció Schröder, según el cual Alemania puede aceptar tanto el principio de reponderación de voto en el Consejo como el principio de la doble mayoría. Lo primero supone buscar una nueva fórmula sustitutiva de la actual, según la cual los cuatro grandes países europeos (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) tienen 10 votos cada uno (España, tiene 8 votos). La doble mayoría significaría que la UE adoptaría las decisiones que, además de tener una mayoría de votos en el Consejo, contaran con una mayoría de población. El frente entre los partidarios de una fórmula y u otra atraviesa la Unión Europea, dijo Schröder. Sin embargo, la reponderación de voto, las reglas de las votaciones por mayoría cualificada y el tamaño de la Comisión son problemas interdependientes. Schröder reconoció además que Berlín no había encontrado entre los socios el apoyo "esperado" para las votaciones por mayoría cualificada, y especialmente en Política Exterior y de Seguridad común, así como en Interior y Justicia. En cuanto a la Comisión, Schröder indicó que tal vez se necesite tiempo para poner en práctica la idea de limitar el tamaño de este organismo y combinar la reducción con un principio de rotación de los comisarios. Entre los modelos que discuten los socios europeos está la posibilidad de que la Comisión crezca inicialmente hasta un número máximo de comisarios, en función de las primeras incorporaciones, y luego se reduzca de nuevo y se complemente con la rotación.

Esquema elástico

Este esquema elástico fue expuesto por el secretario de Estado de Exteriores, Günter Pleuger, durante una conferencia en la Fundación Heinrich Böll, en Berlín. Pleuger mencionó la posibilidad de que la Comisión llegara hasta 27 miembros en 2005 y luego se redujera de nuevo a 20 en 2010. El alto funcionario expuso que, de adoptarse un esquema de este tipo, la fórmula debía quedar totalmente elaborada en Niza para evitar dejar problemas aún no resueltos. Alemania prepara actualmente una campaña de información para convencer a la opinión pública de los beneficios de la ampliación al Este. La campaña, que estará inspirada en otra semejante elaborada en Holanda, se pondrá en marcha la primavera próxima. Sin embargo, la fase más intensa del debate sobre la ampliación al Este se dará probablemente después de 2002, año en que se celebran tanto las elecciones legislativas alemanas como las francesas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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