"Las empresas deberían pagar pluses a sus fumadores pasivos"
El 36% de los españoles fuma, y casi la mitad fracasa en el intento de abandonar un hábito que, en España, motivó el pasado año unas 50.000 muertes. El trabajo es el entorno en el que la dependencia está más arraigada. Para enseñar a los médicos cómo poner en marcha planes de desintoxicación en las empresas, el doctor Leopoldo Sánchez Agudo (Madrid, 1947), jefe de Neumología del Hospital Carlos III de Madrid, impartió ayer un curso en Bilbao para 55 médicos de empresas. Pregunta. ¿Es más fácil dejar de fumar en el trabajo?
Respuesta. El trabajo es un sitio donde vamos todos los días; por lo tanto, la acción del profesional sanitario con el fumador es directa y el seguimiento puede ser más continuado. Además, es un lugar donde hay grupos de personas que pueden proponerse al mismo tiempo dejar de fumar, y el efecto del fenómeno de grupo es muy importante, porque dejar de fumar es un aprendizaje y en grupo se desarrolla mucho mejor.
P. ¿Es tan fundamental el apoyo del grupo?
R. Mucho. Estamos aprendiendo a vivir sin el tabaco, a romper automatismos como el del café con el cigarro, salir del trabajo con el tabaco o enfrentarse a una situación dura fumando y eso requiere repetir y repetir; por lo tanto, un fenómeno de aprendizaje.
P. ¿Qué es lo más duro? ¿En qué punto se cae más?
R. Lo más difícil es que el fumador mantenga esa motivación que un día le llevó a dejar de fumar porque, cuando pasa el tiempo, se dice "llevo un mes sin fumar, me he demostrado que soy capaz de hacerlo y me puedo fumar un cigarrillo y luego seguir sin fumar", y ése es el mecanismo por el que todos los fumadores recaen. Es posible que haya un mecanismo de recuerdo, a nivel fisiológico, que haga que cuando se empieza a estimular el cerebro con nicotina, se despierte la dependencia.
P. ¿Cree que los médicos de empresas consideran como una de sus funciones que los trabajadores abandonen el tabaco?
R. Está demostrado que fumar en el lugar de trabajo es un riesgo para la salud. Una persona que convive con un fumador en una jornada de trabajo es como si fumara cinco cigarrillos diarios y cada vez el no fumador reivindica más su derecho a no estar expuesto. En las empresas se pagan pluses de peligrosidad cuando un trabajador está expuesto a una sustancia que produce un riesgo; por lo tanto, si fumar pasivamente produce un riesgo, las empresas deberían pagar ese plus. Por eso, cada vez son más las empresas que plantean políticas de no fumar.
P. ¿Están sensibilizadas las empresas?
P. Lo van a estar, en cuanto se den cuenta de que pierden mucho dinero porque aumentan los días de incapacidad laboral del trabajador y también durante los periodos en que los empleados fuman.
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