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La Generalitat prevé que algunos espacios protegidos puedan acoger parques eólicos

El mapa eólico de Cataluña, diseñado por la Generalitat y presentado ayer, deja abierta las puertas a la posibilidad de ubicar complejos eólicos en reservas naturales parciales, en espacios de interés natural, en franjas fronterizas de grandes espacios protegidos e, incluso en áreas como la sierra de Prades o los Ports de Beseit, que han solicitado la denominación de parque natural. El Gobierno catalán, que pretende tener aprobado el mapa a final de febrero, estudiará caso por caso y, previa evaluación de impacto ambiental, facilitará o denegará los permisos.

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El mapa eólico establece la división del territorio en tres grandes áreas: las susceptibles de acoger complejos eólicos (el 66% del total), aquéllas en las que se prohibirá totalmente la ubicación de molinos (el 21%, que corresponden a parques nacionales, reservas y espacios de interés natural que no superen las 1.000 hectáreas) y aquéllas, denominadas condicionadas, en las que, pese a formar parte de espacios de interés natural, se podrá generar energía eólica previa aprobación gubernamental. El 43% de las áreas integradas en el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) se ha declarado como condicionado. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la sierra del Montsant o la de Prades, así como las de Pàndols y Cavalls (Terra Alta). En las cuatro zonas se ha generado ya un movimiento de oposición formado por ecologistas y plataformas ciudadanas que pretenden la preservación total de estos espacios. Según explicó el consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, "la mayor parte del Montsant y elementos importantes de los Ports de Beseit se han declarado zonas incompatibles para la ubicación de molinos". Pero no determinó cuántas hectáreas de los espacios naturales se establecen como prohibidas y cuáles son condicionadas. El mapa, que se presentó ayer también ante los grupos parlamentarios, no daba mayores precisiones. "La semana que viene se dispondrá de una información más pormenorizada", explicó Puig, que aseguró que ayuntamientos, consejos comarcales, asociaciones ecologistas y entidades ciudadanas podrán presentar alegaciones a partir de la exposición pública del plan, durante el mes de diciembre. "Todo el mundo podrá decir la suya, estamos abiertos a sugerencias", aseguró Puig. El plan prevé, además, compensaciones económicas a ayuntamientos cuya proximidad a espacios prohibidos les impide la ubicación en su término de complejos eólicos.

El objetivo de la Generalitat es implantar un parque en el conjunto de Cataluña de entre 1.000 y 1.500 megavatios -uno sólo de los grupos atómicos de Ascó tiene una potencia de 1.000 megavatios- . El parque eólico generará entre el 3,7% y 5,6% de la producción eléctrica catalana prevista para 2010 y supondrá el 16% de la española. La potencia eólica instalada actualmente es de 58,8 megavatios. Según el consejero de Industria, Antoni Subirà, hasta el momento se han recibido peticiones "por valor de 3.000 megavatios", de los cuales el 30% tienen viabilidad para concretarse. Subirà no quiso avanzar el lugar concreto en el que las empresas pretendían su implantación. El consejero tampoco precisó el resultado de cruzar los datos obtenidos de medidas de viento con el mapa eólico, que indicaría los lugares idóneos para la instalación de parques.

Críticas por la pérdida de competencia municipal

Los grupos de la oposición en el Parlament y los colectivos ecologistas se mostraron ayer críticos con el mapa eólico. El PSC, IC-EV y ERC discutieron fundamentalmente la aprobación del proyecto eólico por decreto. "El consejero [Felip Puig] asegura que tendrá en cuenta las alegaciones, pero es un decreto que pueden aprobar como quieran", explicó ayer la socialista Montserrat Tura, que se mostró muy contraria a que competencias que ahora son de los municipios pase a asumirlas el Gobierno de la Generalitat: "Podría autorizar la construcción de un parque eólico en Collserola, por ejemplo, sin que el Ayuntamiento de Barcelona pudiera decir nada". Tura condenó la calificación de algunas áreas de interés natural como aptas para instalar centrales eólicas y criticó la falta de un atlas eólico actualizado, que permitiría evidenciar qué zonas son preferibles para la ubicación de molinos de viento. El consejero de Industria, Antoni Subirà, recordó ayer que el atlas eólico ha fijado ya el cabo de Creus, la cordillera prelitoral de Tarragona y las tierras del Ebro como lugares óptimos.

Dolors Comas, de Iniciativa per Catalunya-Verds, añadió que su grupo ha solicitado la total preservación de las sierras de Cavalls y Pàndols, y que se declaren zonas de interés cultural, dado que fueron escenario de la batalla del Ebro. La parlamentaria ecosocialista lamentó la falta de precisión del mapa eólico y reclamó para las zonas condicionadas "la exigencia de dos estudios de impacto ambiental en la tramitación". "Por experiencias anteriores, no nos fiamos", puntualizó. Comas explicó que si se cotejaran las zonas condicionadas con aquellas en las que la inexistencia de viento imposibilitaría la ubicación de un parque, "las condicionadas podrían transformarse en prohibidas totalmente".

Ernest Benach, de Esquerra Republicana de Catalunya, explicó que la compatibilidad que su grupo pretende introducir entre la generación de energías renovables y los espacios naturales "no se cumple en el mapa", y definió como "preocupante que planteen que en zonas PEIN se pueda instalar un parque eólico". Benach señaló que en el próximo pleno su grupo presentará una moción sobre la energía eólica en la que se "instará al Gobierno a corregir los errores del proyecto".

Más duros se mostraron los representantes del Grupo de Estudios y Protección de los Ecosistemas del Campo (Gepec), que consideran que la presentación de ayer fue "para la galería" y que el compromiso de consenso de Felip Puig es inexistente -"ni tan sólo ha contestado al proyecto alternativo al mapa que confeccionamos", señalan-. El Gepec y las plataformas ciudadanas de la Terra Alta y el Priorat son las entidades que más beligerancia han mostrado contra la ubicación de parques eólicos en zonas como el Montsant.

El Gepec recordó que el diseño del Gobierno catalán es incluso contrario a los criterios de los propios técnicos del Departamento de Medio Ambiente, "cuyo informe desapareció misteriosamente".

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