Calvo-Sotelo considera al Rey "el mejor político español"

JUAN J. GÓMEZ El ex presidente del Gobierno con Unión de Centro Democrático (UCD) Leopoldo Calvo-Sotelo atribuyó ayer el protagonismo de la transición democrática en España al rey Juan Carlos I, de quien dijo que es "el más antiguo y el mejor de los políticos españoles". Calvo-Sotelo afirmó que el Rey fue "el principio y el garante de la transición", y explicó que la intervención del monarca tiene la culpa de que el modelo de transición española sea inexportable. El segundo presidente de la democracia participó anoche en el ciclo de conferencias que dedica la Real Academia de la Historia a los 25 años de reinado de Juan Carlos I.

Calvo-Sotelo relacionó su breve permanencia al frente del Gobierno (ocupó el cargo durante un año y medio, desde el 25 de febrero de 1981, dos días después del golpe de Estado del coronel Antonio Tejero, al 27 de agosto de 1982) en primer lugar, a la debilidad de la UCD, que "no llegó nunca a ser un verdadero partido, no superó su fase embrionaria". La UCD estuvo en su "origen legítimo, pero no democrático", ya que fue "antes Gobierno que partido". "Los partidos se hacen desde la oposición", sentenció Calvo-Sotelo, "y no con un talante de consenso sino de combate con los enemigos políticos". A esa debilidad se sumó a su juicio la falta de un apoyo parlamentario estable de su Gabinete.

El tercer motivo que adujo fue el millón y medio de parados que se contaban en España tras la crisis del petróleo. "Luego, con el PSOE, la cifra se duplicó sin que el Gobierno se tambaleara, pero a los de la UCD nos parecía una cifra insoportable", comentó. "En aquellos tiempos no sabíamos que lo importante era ganar votos, creíamos que lo importante era hacer cosas serias y coherentes", concluyó.

Respecto a su antecesor en la presidencia, Adolfo Suárez, Calvo-Sotelo recalcó que "ganó la batalla de la transición y perdió la del partido" y que su mérito principal consistió en que fue capaz de acertar con "el ritmo exacto" en sus decisiones políticas para que la transición no fracasara.