Clinton dice que el rencor entre EE UU y Vietnam es cosa del pasado
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, afirmó ayer, poco antes de concluir una histórica visita de tres días a Vietnam, que el rencor suscitado por la guerra entre ambos países es cosa del pasado. Clinton puso punto final anoche al primer viaje de un presidente de EE UU a Vietnam desde 1969, cuando Richard Nixon viajó al país asiático en el momento más cruento del conflicto.
Clinton estuvo continuamente rodeado de una multitud amistosa durante su estancia en Saigón, rebautizada Ciudad Ho Chi Minh en 1975, año en que las fuerzas comunistas expulsaron a las tropas estadounidenses de Vietnam y concluyó la guerra."Los años del rencor han pasado. Hoy tenemos un interés común en vuestro bienestar y prosperidad... Queremos ser vuestros socios y os deseamos éxito", afirmó Clinton en un discurso pronunciado ante los trabajadores de una terminal de contenedores del puerto de Ho Chi Minh.
"Es bueno que esté aquí de visita, hará que desaparezcan todos los odios", declaró Do Chinh Giang, un antiguo combatiente de 68 años que luchó contra los norteamericanos. Se calcula que 3 millones de vietnamitas y 58.000 estadounidenses perdieron la vida en el conflicto.
En una entrevista con la cadena de televisión CNN, Clinton afirmó que los avances de Vietnam hacia un sistema de libertades son irreversibles. A una pregunta sobre la posibilidad de que el régimen de Hanoi conceda más libertad religiosa, política e individual a los vietnamitas, el presidente estadounidense respondió: "La verdad es que no sabemos hacia dónde marcha Vietnam, pero creo que la tendencia hacia la libertad es prácticamente irreversible... Esta gente es demasiado joven y demasiado vigorosa. Se nota en las calles que hay muy buena voluntad hacia Estados Unidos. Hay mucho interés en nuestro país y en cómo estamos afrontando muchos de los desafíos del nuevo siglo".
Clinton se reunió ayer con el arzobispo católico de Ho Chi Minh, Pham Minh Man, y pidió a las autoridades vietnamitas una mayor apertura económica. El inquilino de la Casa Blanca, que anunció la concesión de una línea de crédito de 200 millones de dólares (unos 40.000 millones de pesetas) para financiar las inversiones estadounidenses en Vietnam, se mostró confiado en que su visita haya contribuido a mejorar la imagen de los estadounidenses en el país asiático, y viceversa. "Espero que este viaje haya ayudado a que los estadounidenses miren a Vietnam con ojos nuevos", dijo.
Señales contradictorias
A pesar de las buenas palabras, la visita de Clinton ha evidenciado las discrepancias existentes entre ambos países en torno al grado de apertura política y el respeto a los derechos humanos en Vietnam. Durante sus dos días de estancia en Hanoi, Clinton recibió señales contradictorias sobre los planes de reforma de la economía vietnamita, que algunos dirigentes pretenden liberalizar con la oposición de otros. Según fuentes estadounidenses, el secretario general del Partido Comunista Vietnamita, Le Kha Phieu, utilizó con Clinton el lenguaje del "viejo socialismo" y no se mostró proclive al cambio.Phieu pidió a Clinton que no interfiera en los asuntos internos de su país y permaneció en silencio cuando el presidente estadounidense le dijo que Vietnam sería una nación más estable y más fuerte si introdujese mayores libertades. Phieu, considerado el hombre más poderoso de Vietnam, también pidió a Clinton que respete el deseo de su país de seguir su propio camino. "Nosotros respetamos las opciones, el estilo de vida y los sistemas políticos de otros países", dijo Phieu a través del diario oficial del Partido Comunista, Nhan dan (El Pueblo). "A cambio, exigimos que otros países respeten nuestras opciones".
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