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La cumbre entre la OPEP y países consumidores en Riad acaba sin acuerdo para abaratar el crudo

Fernando Gualdoni

El resultado de la cumbre de productores e importadores de petróleo celebrada en la capital de Arabia Saudí estuvo muy por debajo de las expectativas. Se esperaba al menos una medida concreta para reducir los temores a un mayor repunte de la inflación y aliviar el bolsillo de los usuarios de los carburantes a corto plazo. Pero nada de eso sucedió, a pesar de que a todos los participantes les preocupa que el crudo se haya asentado en torno a los 30 dólares. Únicamente Arabia Saudí se mostró dispuesta a aumentar la producción si el invierno es largo y muy frío o se agrava el conflicto en Oriente Próximo.

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Cambio de postura

El invierno será duro y no se notará sólo en la temperatura, también en el presupuesto de los usuarios y los Gobiernos de los países importadores de petróleo. Tras dos jornadas de intensas negociaciones multilaterales y bilaterales, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los principales consumidores (la UE, EE UU y Japón) no lograron adoptar al menos una medida concreta para frenar la escalada de los precios del crudo y los carburantes y aliviar la presión de la inflación sobre los países consumidores. A pesar de que la cumbre abrió el diálogo entre las partes, se quedó corta a la hora de apartar las diferencias en un momento en que el precio del barril se ha afianzado en torno a los 30 dólares, el precio más alto en 10 años. La situación es grave, el coste de la energía ya ha sumado un punto a la inflación en la zona euro y ha desacelerado el crecimiento económico. Por ello, porque la situación es grave, se esperaba más de esta cumbre.

Transparencia

Para los participantes, la cumbre resultó positiva. "De este tipo de foros", dijo la comisaria europea de Energía y Transporte, Loyola de Palacio, "no se pueden esperar resultados inmediatos, sino más a bien a medio plazo. Creo que ha servido para que haya una mayor colaboración entre consumidores y productores para lograr precios estables y evitar que se produzcan situaciones como las actuales en el futuro".

Bill Richardson, secretario de Energía de EE UU, dijo que la reunión había servido para "que varios productores de crudo hayan dicho que la era de confrontación debe terminar". Para Richardson, esta reunión ha servido para que todos reconozcan que un precio de 30 dólares por barril es demasiado alto -debe estar entre 20 y 25- y que la intervención de los Gobiernos (refiriéndose a la OPEP) para crear precios artificiales no beneficia ni a productores ni a consumidores.

Richardson insistió en que debe ser la OPEP la que debe dar el primer paso para que se estabilice el mercado a través de un incremento de su producción a partir de febrero. "La peor ocurrencia de la organización podría ser un recorte de la producción", apostilló Richardson.

Éste ha sido el punto más árido de tratar en la reunión. La OPEP sostiene que la oferta de crudo es suficiente y que incluso excede en 1,4 millones de barriles diarios la demanda. Insiste en que la volatilidad del mercado depende de factores ajenos a la oferta, como son la especulación, la falta de capacidad de las refinerías y los impuestos que gravan los carburantes. Este último ha sido el segundo gran obstáculo en el diálogo durante la cumbre.

La novedad respecto a los niveles de producción es que ayer el ministro venezolano de Energía, y quien será secretario general de la organización a partir de enero, Alí Rodríguez, declaró que no cree probable que el cartel recorte su producción tras su reunión del 17 de enero en Viena, sino que más bien la mantenga en su actual nivel de 29,5 millones de barriles.

Esto ha significado un cambio de postura del cartel, puesto que el lunes pasado, en su última reunión del año, la mayoría de los países estaban a favor de bajar la producción en enero para prevenir una caída de los precios con la llegada de la primavera. La decisión es polémica en el seno de la OPEP, puesto que si reducen la producción en enero, en mitad del invierno, pueden provocar que los precios se disparen, y si dejan la decisión para marzo, puede ser tarde para lograr su objetivo de prevenir que los precios se reduzcan a menos de 25 dólares. Arabia Saudí volverá a jugar en enero un papel crucial para el mercado petrolífero. Ayer, al término de la reunión, el ministro de Petróleo saudí, Ali al Naimi, reiteró por enésima vez que su país está listo para aumentar su producción si el mercado lo requiere, e incluso añadió que lo hará si el invierno es muy frío o se alarga en el hemisferio norte, e incluso si algún caso de inestabilidad política se produce, refiriéndose indirectamente a un agravamiento del enfrentamiento entre árabes y palestinos.

Al Naimi aseguró que "Arabia Saudí puede poner en el mercado 1,8 millones de barriles, más de los casi nueve que produce en 90 días si se presenta una crisis". Las declaraciones de Al Naimi sin duda tranquilizarán al mercado a corto plazo y, según los expertos presentes en Riad, pueden ayudar a que el precio del crudo baje en el corto plazo, es decir, a finales del primer trimestre de 2001 o incluso antes, si el mercado no percibe que se avecina alguna situación extraordinaria.

Del Gobierno saudí, como anfitrión de la cumbre, partió la única medida más o menos concreta para contribuir a la transparencia que, según los participantes, el mercado petrolífero necesita urgentemente. Se estudiará la creación de un organismo permanente de vigilancia sobre el mercado, compuesto por países productores y consumidores. Se partirá de la base de 15 países, aunque no se reveló cuáles. La otra decisión que se tomó es que el próximo foro será en Japón en 2002.En cuanto a los impuestos que gravan los carburantes, el enfrentamiento entre la OPEP y la UE se mantuvo intacto. De Palacio insistió en que no habrá una reducción de esos impuestos como piden los productores, y al mismo tiempo reconoció que el tema fue muy polémico durante toda la cumbre. La UE está sola en esta puja con la OPEP, porque EE UU apenas grava los carburantes. En este punto, la negociación está bloqueada. La OPEP seguirá sosteniendo que son un factor clave de los altos precios que los consumidores tienen que pagar por los combustibles, y la UE que esos impuestos han existido desde hace muchos años y que no son el motivo de la volatilidad de los precios del crudo, que es de lo que el cartel petrolero debe preocuparse.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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