Llave de oro del cante
En esta Andalucía nuestra de placas, plaquitas, homenajes, andaluces del año, hijos predilectos, pregones, lápidas, diplomas, premios nacionales, cátedras de flamencología, fundaciones, cerveceros, etc., todo un mundo dispuesto en erigirse en único oráculo de la verdad flamenca, resulta que nadie parece aclararse en lo que a la llamada "Llave de Oro del Cante" se refiere. Parece ser que el ya desaparecido Francisco Vallecillo, asesor en la temática flamenca de la Junta de Andalucía y auténtico motor en su momento de nuevos horizontes de gestión y planificación, fue la persona que registró, para la Administración autónoma, la llamada marca en la Oficina de Patentes y Marcas, dependiente del Ministerio de Industria.Posteriormente a su fallecimiento, y dado que esos derechos han de ser renovados cada cinco años para seguir manteniendo la titularidad sobre la marca, la Consejería de Cultura, por absoluta desidia, perdió esos derechos. Pero lo curioso viene ahora de la mano de un tal señor Repiso que se ha dirigido a los medios de comunicación para informar que es el actual propietario de la "marca" citada y que, con una serie de peñas flamencas de "su confianza", trazará las pautas de los requisitos que deben reunir cada uno de los agraciados con "su llave".
Señor Repiso, señores de las cátedras piratas, fundaciones, cerveceros, pregoneros, etc, la única llave que existe en el flamenco es la que otorga el público que es quien se la concedió a Antonio Mairena, después a Fosforito y, en los últimos 20 años, a José Domínguez, El Cabrero y a José Monge, Camarón de la Isla. No le den más vueltas.- José Gallardo. Sevilla.
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