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Muchos inmigrantes no van a la sanidad pública por miedo, según las ONG

Los 'sin papeles' no piden la tarjeta sanitaria por temor a ser localizados y expulsados

La actual Ley de Extranjería, en vigor desde febrero, extendió la asistencia sanitaria pública a todos los inmigrantes sin papeles que estén empadronados. En Madrid son 50.000 los extranjeros sin permiso de residencia que han obtenido ya dicha cartilla. Pero casos extremos -como el de la joven ecuatoriana que dio a luz hace una semana en el parque del Retiro y dejó al bebé abandonado en una bolsa de plástico- descubren que no todos los extranjeros ejercitan ese derecho. Las asociaciones de inmigrantes afirman que "muchos" de sus compatriotas no piden la tarjeta sanitaria por "miedo" a ser localizados y expulsados de España y porque, al venir de países pobres sin cobertura sanitaria, carecen del hábito de ir al médico.

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Dora Aguirre, presidenta de la asociación Rumiñahui de inmigrantes ecuatorianos, asegura que, a pesar de que por ley cualquier extranjero empadronado puede acudir a los centros del Insalud, numerosos compatriotas suyos no lo hacen. "Eso ocurre sobre todo entre los recién llegados, que, como carecen de papeles, viven con la obsesión de que les van a expulsar de España e ignoran a qué servicios tienen derecho. Temen que acudiendo a un centro sanitario oficial acaben siendo controlados", explica Aguirre.La actual Ley de Extranjería, a diferencia de la anterior que estuvo vigente hasta febrero, sólo sanciona la falta del permiso de residencia con una multa, limitando la expulsión del país a los inmigrantes inmersos en actividades ilegales. Pero hay extranjeros que temen que la reforma legal prevista por el Ejecutivo vuelva a permitir la expulsión de indocumentados sólo por el hecho de serlo.

"Llevamos meses oyendo hablar de la reforma de la actual ley, que va a hacerla más restrictiva. No es raro que exista miedo a sacar la cartilla sanitaria como inmigrante irregular cuando dentro de unos meses estar sin papeles puede llegar a suponer la expulsión", añade Aguirre. "Además, entre las clases populares de nuestros países se va muy poco al médico, porque no existe la costumbre y porque la cobertura sanitaria no es universal".

La comunidad ecuatoriana es en la actualidad la más numerosa de la capital. Proceden de ese país andino 46.317 de los 178.559 extranjeros empadronados en el municipio de Madrid, donde vive el 70% de los inmigrantes de la región. En segundo lugar figuran los colombianos (18.175) y después los marroquíes (14.524). Aproximadamente el 53% de los inmigrantes censados son mujeres.

Yolanda Villavicencio, presidenta de la Asociación Española de Solidaridad y Cooperación con Colombia (AESCO), coincide con Aguirre: "Hay inmigrantes, sobre todo procedentes de zonas rurales, que no tienen costumbre de acudir al médico, porque en nuestros países, donde la sanidad no está universalizada, eso cuesta dinero".

"Además, el propósito del Gobierno de volver a las expulsiones está incrementando los recelos y el miedo que sienten los sin papeles hacia lo oficial. Al principio hubo mucha gente que acudió a empadronarse, pero ahora, con las noticias sobre la reforma de la ley, temen que, si se censan, los puedan ir a buscar para echarles", matiza.

Sin embargo, en Madrid, el ritmo de empadronamiento de extranjeros ha decrecido poco. Desde la entrada en vigor de la Ley de Extranjería, en febrero, hasta julio, cuando concluyó la amnistía para los sin papeles, al mes se empadronaban en la capital una media de 8.800 inmigrantes. En agosto, los extranjeros empadronados fueron 7.440, 6.506 en septiembre y 7.545 en octubre.

Pedro Álvarez, vicepresidente segundo del Foro Regional de Inmigración y coordinador de proyectos del Voluntariado de Madres Dominicanas (Vomade), puntualiza que los sin papeles se empadronan sobre todo porque piensan que les va a facilitar la obtención de la residencia, "no para sacar la tarjeta sanitaria". "Hacen falta campañas divulgativas sobre el derecho a la sanidad pública, porque circulan muchos bulos", apostilla.

Patricio Rayón, responsable del dispensario de Médicos del Mundo en Madrid, asegura que observaron reticencias por parte de los sin papeles a empadronarse y sacar la cartilla sanitaria en los primeros momentos de la aplicación de la ley. "Pero, de 500 personas que derivamos al Insalud para sacarse la tarjeta sanitaria, sólo perdimos de vista a un 10%, el resto sabemos que la ha obtenido", apostilla.

Un inmigrante irregular que quiera obtener la cartilla sanitaria tiene que empadronarse, para lo que necesita el pasaporte o la cédula de identidad y algún documento que demuestre que vive en ese distrito o municipio (un recibo, un contrato de alquiler...). Se exige además un certificado de insolvencia que entrega el Ministerio de Hacienda y otro de no estar cotizando a la Seguridad Social. Pero este recorrido por dependencias oficiales también retrae a algunos sin papeles temerosos de la expulsión.

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