"Un asunto interno de España"
CUMBRE IBEROAMERICANA EN PANAMÁCuba no es "un santuario, ni un aliado, ni un apoyo para ETA". No está "ni a favor ni en contra" de la independencia del País Vasco, porque considera que es "un asunto interno de España". "Siempre se ha opuesto y se opondrá a cualquier tipo de acción terrorista" y "nunca ha dejado de expresar su solidaridad y su deseo de que el pueblo español encuentre la salida a esta situación dolorosa". Pero no puede dar su acuerdo a la resolución adoptada en Panamá por una cuestión "de principio": "En una cumbre iberoamericana no se puede aceptar un texto sobre el terrorismo en España. La resolución tenía que ser sobre el terrorismo en Iberoamérica".Ésta es la posición que explicó a la prensa ayer el ministro cubano de Exteriores, Felipe Pérez Roque, con "una tozudez digna de los hijos de españoles que somos", dijo, y una advertencia concreta relativa a las declaraciones de diplomáticos españoles suscitadas el viernes por la actitud cubana: "A nosotros", afirmó Roque, "sólo se nos puede hablar con respeto, porque hablamos con respeto a todo el mundo".
El argumento formal y básico, reiterado por el ministro durante una hora, encontró un buen resumen en esta frase: "Una declaración de los jefes de Estado y Gobierno iberoamericanos debería abordar el terrorismo en Iberoamérica y no sólo el caso de España, doloroso, lo comprendemos bien, prioritario para la política de Exteriores española, pero no suficiente" para concentrar el interés de una cumbre de estas características.
Tras ese argumento, subyace el deseo explícito de La Habana de que los 21 países reunidos en Panamá señalaran a EE UU como promotor de un terrorismo de Estado contra Cuba. Pero también una resistencia implícita de los dirigentes cubanos a apoyar una resolución de condena en la que se mencionara expresamente a ETA. Pérez Roque reconoció que la segunda fórmula de compromiso propuesta por la delegación salvadoreña incluía una declaración genérica de condena al terrorismo, como la pretendida por la delegación cubana, y que fue rechazada "porque en su segundo párrafo se mencionaba ya concretamente a ETA". Los cubanos, explicó el ministro, propusieron una alternativa en la que "no se mencionaba a ETA, sino a la solidaridad con España".
No hubo acuerdo, y ahí terminó la negociación. Los cubanos rechazaron el documento a debate por considerarlo "selectivo, parcial e incompleto". Su propuesta pedía "el más enérgico rechazo del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, provenga de donde provenga, y se realice contra quienes se realice, incluida la financiación de actividades terroristas y el uso de terceros Estados para la comisión de acciones de esa naturaleza". El propio ministro, en su contacto con la prensa, evitó pronunciar las palabras "condena" o "terrorismo" al referirse a ETA.
"Cuba no es una aliada de ETA ni aprueba ni apoya los métodos que emplea esta organización", dijo Pérez Roque. Fuentes cubanas señalaban ayer que nunca su país había emitido un juicio tan negativo como éste sobre la banda.
Luego el ministro argumentó que el secretario de Estado español para Iberoamérica, Miguel Ángel Cortés, había malentendido la mención "provenga de donde provenga y realícese contra quien se realice", al interpretarla como que la violencia en España viene tanto del Gobierno como de ETA. "No es eso", dijo, "ahí se habla de la conspiración contra Cuba". Y sin embargo, en otro momento, Pérez Roque apoyó plenamente lo dicho por su viceministro, Pedro Núñez, durante las negociaciones a puerta cerrada, en el sentido de que la situación en España "ha llegado a un punto casi irracional, con el ejercicio de la violencia por ambas partes, en el pasado y actualmente". "Sí que ha habido violencia por ambas partes, ¿qué si no fueron los GAL?", dijo el cubano, antes de negar "que aquí se haya acusado al Gobierno de Aznar de utilizar métodos terroristas contra ETA". Peor le sentó a Pérez Roque la negativa de Josep Piqué a reconocer que hay un terrorismo contra Cuba y sus consejos de apertura democrática. "Lamento que esa declaración, quizás fruto del acaloramiento, se inmiscuya en valoraciones de la situación interna cubana. Me voy a a abstener de responderla, porque la considero fruto de un mal momento. Si, como consecuencia de malentendidos, juicios apresurados o posiciones obcecadas, nuestras relaciones se debilitaran, lo lamentaríamos".
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