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Álvarez Cascos 'preside' en Asturias

Carlos E. Cué

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, asturiano militante, se niega a aceptar que en su comunidad la máxima autoridad es el presidente, el socialista Vicente Álvarez Areces.El pasado 25 de septiembre, en la inauguración del parque empresarial Príncipe de Asturias, en Avilés, Álvarez Cascos recurrió a un decreto excepcional que le permitía ser la máxima autoridad, y por tanto hablar el último. El sistema utilizado entonces para saltarse el protocolo consiste en que el presidente del Gobierno, José María Aznar, haga una delegación expresa para que Álvarez Cascos le represente en un acto.

En una respuesta parlamentaria citada por Europa Press y dirigida al diputado socialista Luis Martínez Noval, el Gobierno reconoce que el ministro de Fomento ha sido el único miembro del Ejecutivo en utilizar esta prerrogativa extraordinaria que le concede un Real Decreto de 1983. Es, por tanto, el único que, durante esta legislatura, ha puenteado a un presidente de una comunidad autónoma y ha logrado esa alteración del protocolo que le permite hablar el último como máxima autoridad presente.

Sin embargo, no es la primera vez que el propio Álvarez Cascos utiliza esta táctica para presidir un acto en Asturias. Ya lo hizo en varias ocasiones en la pasada legislatura, cuando era presidente de esta comunidad Sergio Marqués, entonces del PP, con el que el ministro de Fomento se enfrentó en varias ocasiones hasta que el PP local acabó escindiéndose y perdiendo la presidencia a manos de los socialistas. Entonces, Álvarez Cascos era vicepresidente primero del Gobierno.

Luis Martínez Noval comentaba ayer que este tipo de actuaciones del ministro demuestran su "obsesión política" por decir la última palabra y contradecir a todas personas que han hablado antes que él, especialmente si uno de ellos es un presidente socialista de Asturias.

Además, Martínez Noval dice que esta actitud es aún más injustificable porque la instalación que se estaba inaugurando no era una obra realizada por su ministerio, sino un parque empresarial fomentado por la SEPI.

El diputado socialista destaca el hecho de que esta actuación se produzca en Asturias, la comunidad de la que Álvarez Cascos es originario. Y sugiere que el ministro nunca se atrevería a hacer un desplante de este calibre en Cataluña o en el País Vasco, a pesar de que ese decreto de 1983, que permite alterar el protocolo a los que obtengan la representación expresa del Rey o del presidente del Gobierno, podría ser utilizado también allí.

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