El Rey insta a los dominicanos a aceptar la globalización aun cediendo soberanía

La necesidad de integrarse en "conjuntos supranacionales" para hacer frente al reto de la globalización, incluso a costa de ceder parte de la soberanía, y el deseo de España de reforzar la cooperación "preferente" con la que fue su primera avanzadilla en la conquista de América, bajo el nombre de La Hispaniola, son los dos mensajes que don Juan Carlos ofreció ayer a los dominicanos. Pero la nota dominante de la primera jornada de la segunda visita oficial de los Reyes a la República Dominicana fue la efusividad de las autoridades que les dieron la bienvenida.

El presidente Hipólito Mejía, que recibió y despidió con dos besos poco usuales a doña Sofía -"una Reina de prestancia universal", dijo-, les pidió: "Siéntanse confiados, seguros y queridos en estas tierras de paz. Ustedes son España y España está en nuestro corazón". Tanto celo puso el presidente en el cuidado de los Reyes que varios miembros de la Guardia Presidencial fueron arrestados tras dispararse una salva de ordenanza de uno de los cañones para el recibimiento, pese a que el accidente ocurrió tres horas antes de que llegasen don Juan Carlos y doña Sofía. Mejía, que había llegado con mucha antelación, se "alarmó" y ordenó sustituir a los artilleros.Frente a alegatos como el de Mejía o al entusiasmo del alcalde de Santo Domingo, un popular intérprete de boleros conocido como Johnny Ventura, y que ayer expresó un "regocijo" que, "cual caudaloso río, crece en proporciones desbordantes", las palabras de don Juan Carlos difícilmente podían perder un sabor a alegato racionalista. "En un mundo en el que las barreras de todo tipo entre las naciones se desmoronan, reafirmamos nuestra convicción de que la integración en conjuntos supranacionales es un instrumento clave para lograr el desarrollo de nuestras sociedades", dijo el Rey durante su discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senado. "Para alcanzar esos objetivos es preciso reconocer que a veces hay que compartir una porción de nuestra soberanía a favor de esos grandes conjuntos. Se trata de constatar una realidad en un mundo que está en continua mutación", añadió el representante de la monarquía contra la que los dominicanos se rebelaron en 1821 y 1863. Las palabras del Rey se corresponden con el objetivo reiterado del Gobierno de lograr una mayor integración de Centroamérica.

Acopio de imaginación

Después, don Juan Carlos abordó la cooperación española, relacionándola con el empeño del socialdemócrata Mejía por afianzar un sistema democrático que, "también en España", requirió un "acopio de imaginación y de acción", según recordó el monarca. "Los esfuerzos de la República Dominica en la modernización del Estado, consolidación de la democracia, estabilización macroeconómica, conservación de la biodiversidad y apertura al exterior facilitan ampliar la cooperación española"."La República Dominicana de hoy es incansable en la búsqueda de su desarrollo político y en la consolidación de su sistema democrático", respondió Mejías, elegido presidente el pasado julio con el apoyo decisivo de Joaquín Balaguer, el anciano político que hizo de presidente fantoche de Leónidas Trujillo. Hay otros rastros visibles del dictador, 40 años después de su asesinato. Un gran mural, por ejemplo, decora la escalinata del palacio presidencial por la que el Rey descendió ayer.

Según don Juan Carlos, "España considera a la República Dominicana como país preferente en la cooperación", lo que no impide que los acuerdos firmados durante su visita sean poco espectaculares: un convenio para prevenir el consumo y control del tráfico de droga y un acta de la comisión mixta que negocia la renovación del acuerdo trienal financiero de cooperación.

En ambos casos firmó el ministro portavoz, Pío Cabanillas, porque el de Exteriores, Josep Piqué, ha tenido compromisos. Piqué se unirá el viernes a los Reyes en Panamá para asistir a la Cumbre Iberoamericana. Se ignoran los motivos por los que el presidente del Gobierno, tras dos sucesivos aplazamientos, ha decidido no llegar a Panamá hasta la tarde del viernes y no acompañar al Rey en la comida que ambos celebran habitualmente con el presidente de México en la jornada inaugural. Cabanillas dijo ayer que la agenda de Aznar está muy cargada y que todo se ha hablado con La Zarzuela.