El primer ministro de Cabo Verde confirma que el grupo Matutes invertirá en su país

El primer ministro de Cabo Verde, Gualberto do Rosário, anunció ayer en Madrid que un consorcio internacional, encabezado por el grupo hotelero de la familia Matutes, construirá un enorme complejo turístico en la isla de Boavista. Los primeros pasos para la puesta en marcha de este proyecto fueron dados en enero de 1998 cuando el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, efectuó un viaje oficial a Cabo Verde durante el cual coincidió en el archipiélago con cinco directivos de su grupo familiar, incluida su hija Carmen, que desempeña un alto cargo en la empresa.

Tras reunirse con el presidente José María Aznar, Do Rosário declaró a Manuel Lopes, corresponsal de la agencia de prensa portuguesa Lusa, que se está iniciando "una nueva fase en las relaciones de cooperación entre España y Cabo Verde que se cimentará a partir de ahora en una asociación estratégica".Puso como ejemplo de esta nueva etapa el acuerdo para el desarrollo de un proyecto turístico en la isla de Boavista en estudio desde hace algunos años. La nueva cooperación con España abarcará también, explicó, la construcción de infraestructuras, el medio ambiente, la formación profesional en el sector de la hostelería, la educación, la salud y la cultura.

Cabo Verde es un archipiélago de menos de 400.000 habitantes compuesto por nueve islas principales situadas a unos 400 kilómetros de la costa de Senegal. Su Gobierno ha hecho una apuesta por el desarrollo a través del turismo para intentar salir de la pobreza.

Cubanacan

El primer ministro dio algunos detalles más sobre el proyecto en ciernes en la isla semivirgen de Boavista. Junto con Doliga, nombre oficial del grupo Matutes con sede en Ibiza, participarán también el grupo Barceló, radicado en Mallorca, y Cubanacan, un consorcio público cubano dedicado a atraer inversiones extranjeras en el sector turístico. Cubanacan no suele invertir en el extranjero. Representantes de estas tres empresas se reunirán el 11 de diciembre en Sal (Cabo Verde)."Las cifras hablan por sí mismas", prosiguió Do Rosário, para explicar la gran envergadura del proyecto. A lo largo de los próximos 15 años se invertirán 150 millones de dólares (cerca de 29.000 millones de pesetas). Esa cantidad incluye 90 millones de dólares destinados a la construcción de infraestrucuras: aeropuerto internacional con una pista de 3.000 metros y 110 kilómetros de carreteras.

Cuando esté terminado habrá en Boavista, precisó Do Rosário, 50.000 camas, repartidas en varios hoteles, en las que deberían dormir 1,4 millones de turistas a lo largo del año. Se triplicaría así el número de turistas que cada año visitan Cabo Verde.

Un experto español en inversiones turísticas indicó a este periódico que con ese monto de inversión no se pueden acometer, ni mucho menos, las obras anunciadas por el primer ministro.

Este periódico llamó ayer varias veces por teléfono a Carmen Matutes, directiva del grupo Doliga, pero su secretaria alegó que no podía ponerse al teléfono por estar reunida y tampoco devolvió las llamadas.

En agosto de 1999, Carmen Matutes reconoció en declaraciones a EL PAÍS que su grupo hotelero había firmado con el Gobierno caboverdiano un protocolo que permite reservar una zona para la construcción de hoteles. "Estamos interesados en Cabo Verde porque es un destino turístico con muchas posibilidades", añadió.

Álvaro Pacheco, director de Comunicación de Barceló Hoteles, reconoció que sus directivos habían viajado dos veces a Cabo Verde. "Estamos en conversaciones, estamos estudiando [algunas posibilidades de inversión]", afirmó Pacheco. En todo caso, concluyó, si se hacen inversiones serán de Barceló a solas y no en asociación con socios españoles o extranjeros.