El ex delegado de Salud de Jaén niega ser responsable de las 'facturas falsas'

El ex delegado de Salud de Jaén Mateo Herrera declaró ayer en la Audiencia que él no tuvo ninguna responsabilidad en el caso que se está juzgando sobre facturas falsas pagadas por el SAS a la empresa Cerlin, con la que la Administración firmó contratos para la eliminación de listas de espera quirúrgicas en 1994. Herrera se enfrenta a una petición de pena de un año de prisión por falsedad en documento público junto a dos antiguos subordinados de la Delegación.

En el banquillo se sientan también tres directivos de la empresa concesionaria a los que la Fiscalía reclama seis años de prisión. La cantidad que se facturó de más en concepto de operaciones quirúrgicas asciende a 11,6 millones de pesetas. Mateo Herrera dimitió de su cargo el pasado mes de febrero cuando resultó acusado en esta causa.Mateo Herrera negó que en su despacho se celebrase una reunión con sus subordinados Marcial Mariscal y José Luis Molina junto a la administradora de Cerlin Araceli Martínez para decidir que la empresa facturase en 1994 más dinero del que realmente debía recaudar por operaciones realizadas, con el fin de justificar ante Sevilla que el dinero del convenio para eliminar listas de espera se había agotado. De esta forma, supuestamente, se conseguiría que el dinero quedase en Jaén y se podrían realizar las operaciones durante el año siguiente.

El ex delegado aseguró que en ningún momento se celebraron reuniones para dar instrucciones que supusieran alteraciones en la legislación. Sí dijo que siempre ha estado preocupado por ejecutar la mayor parte de los presupuestos que manejaba la Delegación y que "apretaba" a los funcionarios y trabajadores para que esto se hiciese realidad. Sin embargo, añadió, eso no implicaba dar órdenes para ejecutar acciones no previstas dentro de la legalidad vigente.

También declaró ante el tribunal que él no era competente de forma directa en la ejecución del convenio entre el SAS y Cerlin. No era su misión, añadió, hacer un seguimiento exhaustivo de toda la documentación que se maneja en la Delegación. Sí tuvo palabras de elogio para Mariscal y Molina, de los que dijo que eran personal de confianza que, "al margen de estas historias", ha trabajado "bien".

Herrera añadió que en 1994 había "un barullo" en la gestión de las listas de espera. Sólo en Jaén había conciertos con tres empresas privadas para intentar eliminar de ellas a los pacientes que llevaban más de seis meses, a lo que se sumaban intervenciones quirúrgicas autoconcertadas en los hospitales por las tardes. "Había una movida impresionante".