Aznar pide a las empresas que sean más grandes y eficientes para competir

El Gobierno ve con buenos ojos la concentración de grandes grupos empresariales, porque suponen "mayor eficiencia" y conseguir "el tamaño adecuado" para poder competir en el actual contexto de globalización. Así lo reconoció ayer José María Aznar ante la flor y nata del empresariado catalán, reunido en Sitges. La otra cara de este "mayor poder económico", apuntó el presidente del Gobierno, es "saber usarlo". En este sentido, Aznar se comprometió a mantener una actitud vigilante para que la concentración no perjudique a los consumidores.

La intervención de José María Aznar, que ayer participó por primera vez en las jornadas del Círculo de Economía, delineó el discurso del Gobierno sobre la concentración de poder en manos de grandes grupos empresariales.Por una parte, el Gobierno pide "ambición" a las empresas para que España esté a la altura de los retos que les plantea una economía globalizada, y que pasa por impulsar que tengan "el tamaño adecuado". Sobre todo ante el vendaval de la nueva economía, "que sirve para poner a cada uno donde le corresponde".

Por la otra, el canto a las bondades de la liberalización y de la competencia, lejos de aflojar, se remacha como un proceso no sólo difícil de parar sino "deseable" en sí mismo. "No hay nada más ineficiente que un monopolio, ni nada más perturbador que la falta de competencia", sentenció el presidente del Ejecutivo cuando fue inquirido por los empresarios sobre la "vigilancia" que está ejerciendo el Gobierno a la estrategia de los grandes grupos, y particularmente la de aquellos radicados en sectores estratégicos como el energético.

Los problemas que plantea la concentración -como se está viendo estas semanas con la fusión de Endesa e Iberdrola, que supone acaparar el 80% del mercado energético español- se consideran algo natural en el contexto de la batalla a la que juega la economía española. "Si tenemos una de las economías más abiertas del mundo y somos la sexta economía inversora del mundo, hemos de tener los problemas de las economías más abiertas del mundo y los de la sexta economía inversora del mundo", advirtió el presidente del Gobierno.

Aznar dejó claro que "no aceptará que el mayor poder económico actúe en detrimento de los consumidores". Sin comprometerse a dar más independencia al Tribunal de Defensa de la Competencia para frenar eventuales abusos de posición dominante por parte de las empresas, sí afirmó que este órgano, dependiente del Ministerio de Economía, actuará "en consecuencia" para que los consumidores no salgan perjudicados de las fusiones empresariales.

Hace escasos días, el diario económico Financial Times subrayaba en uno de sus editoriales cómo el discurso favorable a la formación de grandes grupos capaces de competir en el mundo no siempre casa con la intervención que Aznar a veces practica en el mercado.

Pese a haber liberalizado la mayor parte de las grandes empresas públicas, el Gobierno mantiene el derecho de voto sobre la entrada de nuevos socios mediante el mecamismo de la llamada de acción de oro. Además, el Gobierno ha aprobado una norma que exige que no se oponga a una operación de concentración para que vaya adelante.

En las Jornadas del Círculo de Economía participaron también el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Aznar afirmó que la liberalización y la competencia económica son garantías para mantener el sistema de protección social. El motivo es que se crea riqueza y empleo. En este sentido, Solbes dijo que los países de la Unión Europea (UE) deben mejorar "la calidad y sostenibilidad" de sus finanzas públicas. El comisario europeo alertó a los Quince del impacto que tendrá sobre las pensiones la evolución demográfica del viejo continente: "En los próximos 20 años, en la mitad de los Estados miembros, los gastos por pensiones se dispararán cuatro puntos porcentuales".